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Richie Porte no pedaleará más en el presente Giro de Italia. El australiano y el Team Sky han decidido poner fin a su agonía en una semana horrible. Ahora confía en hacerse un hueco en el equipo que disputará el Tour de Francia con Chris Froome al frente. «Estoy abatido», ha confesado.
Porte ya estaba fuera de carrera desde su caída del viernes. Fue una sombra en la contrarreloj, a 4:20 de Vasil Kiryienka, y ayer desconectó definitivamente, a 27 minutos de Mikel Landa en Madonna di Campiglio. Quién se lo iba a decir hace una semana porque el martes partía tercero, a 22” de Contador y a 19” de Aru, tras una primera semana de tanteo de los tres tenores. Su aspiración de ganar el Giro se ha diluido en seis días en los que ha cedido 35 minutos respecto al líder español.
La caída el viernes en la 13ª etapa ha sido determinante, con golpes en su rodilla y su cadera. «He tenido mucha mala suerte esta semana con el pinchazo y la sanción de tiempo, pero fue la caída el viernes la que ha cobrado su precio. Me caí duro sobre mi rodilla y la cadera, lo que me causó mucho dolor en la contrarreloj del sábado y en la etapa de ayer. Sólo quería seguir intentándolo y darlo todo, pero ahora el equipo médico me han aconsejado no continuar», destaca Porte.
«El Giro ha sido mi principal objetivo este año y he trabajado muy duro toda la temporada con esta carrera en mente. Estoy abatido por terminar esta manera y no poder apoyar a Leo, Elia y el equipo en la última semana. No poder recompensarles por todo su trabajo es duro», añade.
Su desgracia comenzó en la llegada a Forli, cedió 1:05 y los jueces le sancionaron con dos minutos por el cambio de rueda con Clarke (Orica). Fue un duro revés, el primero, pero lo peor estaba por llegar. El viernes bajó los brazos definitivamente en Jesolo, la caída a falta de 3,2 km le cogió de pleno, se llevó un golpe en la parte izquierda de su cuerpo, y cedió otros dos minutos. Caía a la 17ª plaza, a 5:05 de Contador. Ya estaba derrotado sicológicamente y así se certificó en la contrarreloj, 55º, y se despidió ayer, a 27 minutos nada menos. En la General, 27º a 35:57.
Por segundo año consecutivo, Porte fracasa en su intento de llevar los galones de líder en una gran vuelta; el año pasado ni siquiera tomó la salida en una temporada para olvidar. Este 2015, llegó con 33 días de competición a la salida del Giro y acumulaba exhibiciones: campeón de Australia contrarreloj, segundo en el Tour Down Under -venció en Willunga-, cuarto en la Volta ao Algarve -ganó en Malhao-, se mostró intratable en la París-Niza, el más fuerte en Chaubouret y la cronoescalada a Eze, para coronarse campeón, tampoco falló en la Volta a Catalunya, por delante de Valverde, Pozzovivo, Contador y Urán, y certificó su condición en el Giro del Trentino, con otra doble victoria, etapa y General.
Ahora, tratará de olvidar el varapalo y centrarse en el Tour de Francia, para acompañar y lanzar a Froome en las montañas francesas, como en los últimos años. Un papel que quería superar en el Giro y demostrar que puede ser el líder en tres semanas. Seguramente, lo tenga en sus piernas, pero de momento no ha podido traducirlo en resultados en la carretera. «El plan para mí ahora es estar algún tiempo sin bicicleta, recibir el tratamiento médico que necesito y restablecer mis objetivos para el resto de la temporada y volver a luchar. Espero estar listo para el equipo del Tour», afirma.
El Team Sky, pese a todo, tiene un buen fondo de armario. El conjunto británico suma dos victorias de etapa, Viviani y Kiryienka, y König ha alcanzado la quinta plaza.