El estadounidense, Sepp Kuss, triunfó en Andorra y no lo cree.
Llegó solo a la tierra que lo ve entrenarse a diario (vive ahí) y con lágrimas en sus ojos cruzó la meta; después de poco más de 190 kilómetros durísimos se coronó vencedor de la etapa quince (15).
“Es increíble, ¡no tengo palabras! Todavía no puedo creer que haya ganado una etapa del Tour de Francia. Para ser sincero, estaba sufriendo muchísimo en esta carrera. No tenía chispa en las piernas», dijo el joven de 16 años y oriundo de Durango, Colorado, Estados Unidos.
«Hoy hemos acabado en el lugar donde vivo, así que me sentía muy motivado para rendir bien; eso me ha dado un punto extra. Además, mi novia y su familia estaban animándome desde la cuneta en la subida final. Es genial sentir que tanto mi familia de sangre como mi familia española me apoyan a tope”, agregó el corredor del Jumbo-Visma nada más acabar la etapa a la web del Tour.
Sepp reconoció la dureza de la etapa y agradeció la valiosa ayuda de Wout van Aert en toda la aproximación a Beixalis.
«Demostró el tipo de campeón que es. Yo conozco muy bien la subida a Beixalis, aunque no suelo hacerla entrenando porque es demasiado dura. Sabía que el primer kilómetro era el lugar perfecto para abrir un hueco que defender hasta la cima, y así lo hice”, confesó el norteamericano.
Sepp además dice que “Jumbo-Visma tenemos la intención de buscar victorias de etapa y apoyar a Jonas [Vingegaard] en la lucha por la general, aunque no será fácil con solamente cinco ciclistas. Por mi parte, desde ya estaré al servicio de Jonas hasta París”.