Hindley: en observación tras sufrir una conmoción cerebral

Posted by

El australiano del Red Bull Bora, que venía al Giro como gregario de Roglic, fue trasladado al hospital por una durísima caída en la sexta etapa.

Hace tres años, Jai Hindley tocó el cielo en el Giro de Italia, al proclamarse vencedor de su primera y única gran vuelta hasta la fecha. Desgraciadamente, este jueves tuvo la otra cara de la moneda… El australiano se fue al suelo violentamente en la sexta etapa, lo que le obligó a abandonar tras ser trasladado al hospital en ambulancia por un fuerte golpe en la cabeza. Una vez realizadas las pruebas, el equipo Red Bull Bora emitía el parte médico a última hora de la tarde.

«Los exámenes médicos iniciales revelaron que Jai sufrió una conmoción cerebral tras su accidente en el Giro. Permanecerá la noche en el hospital en observación”, reza el comunicado del equipo, por lo que habrá que esperar todavía unas horas más, por precaución, para descartar cualquier complicación del australiano, que llegaba a la Corsa Rosa en calidad de gregario de lujo para su jefe de filas, Primoz Roglic.

Caos y estrés

Fue una jornada completamente caótica, con los tiempos anulados en línea de meta como consecuencia de la montonera que inició todo a 71 km del final. Uno de los pocos que se libró fue a la postre el ganador del día, un Kaden Groves que estrenó su casillero de victorias en 2025 a pesar de la enorme confusión: “Fue un accidente muy feo con muchos corredores. Luego llegó la neutralización, lo que genera sentimientos encontrados: no sabíamos si íbamos a correr o no y luego tuvimos que decidir sobre la marcha. Es mentalmente complicado porque nos desconectamos, nos enfriamos y volvimos a arrancar. Tuve la suerte de evitar el accidente. Fue solo por la carretera resbaladiza y un roce de ruedas; provocó una reacción en cadena”.

Mauro Vegni, director de carrera, aclaró en los micrófonos de la RAI que la decisión se tomó para no asumir riesgos al no contar con suficientes ambulancias en el pelotón, y no perjudicar aún más la carrera en una llegada a Nápoles cuyo asfalto empedrado es una auténtica pista de patinaje cuando llueve. La decisión, para un Pedersen que también se fue al suelo, fue acertada: “Nunca es agradable caerse en una bajada como esta a 70 km/h. Había bicis por todas partes, yo también perdí la mía. Pasó en una fracción de segundo. Se tomó la decisión de neutralizar la carrera y creo que estuvo bien”.