Domoulin se sincera: «Odiaba andar en bici»

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Tom Dumoulin es uno de los ciclistas de renombre que ha colgado la bicicleta esta temporada. El holandés, de 31 años, no le veía sentido a seguir compitiendo al máximo nivel después de once años como ciclista profesional llenos sacrificio y estrés mental. Cansado de todo esto, Dumoulin ha hecho un cambio radical en su vida y durante los últimos meses ha estado viajando solo por el mundo, con una mochila.

Viajé solo por Costa Rica durante seis semanas y me gustó mucho. Dormí en hostales porque si no, realmente no conoces a nadie. El contacto, también con los holandeses, fue muy diferente. No quería sentir más la jerarquía de fan-héroe. A mediados de noviembre me vuelvo a ir. Esta vez, al Himalaya en bicicleta de montaña y con Bram Tankink.”, explica el exciclista del Jumbo-Visma en una entrevista al diario holandés NRC. 

Es la versión más sincera y transparente de Dumoulin, que reconoce que se siente liberado después de unas temporadas muy exigentes a nivel deportivo. También a nivel personal, porque tras 13 años juntos, se ha separado de su mujer. “Siempre esperé no convertirme en uno de esos ciclistas que se divorciaron después terminar su carrera, pero desafortunadamente este es el caso”, comenta.

El mejor año de Dumoulin sobre la bicicleta fue en 2017, cuando se convirtió en el tercer holandés de la historia en ganar una gran vuelta, el Giro d’Italia, además de proclamarse campeón del mundo de contrarreloj. En 2018, fue segundo en la ronda italiana y en el Tour de Francia. Un palmarés al alcance de muy pocos. Pero en 2019, después de una dura caída, nunca volvió a su máximo nivel. 

Ahora “el fuego se ha extinguido”, como expresa el propio Tom. “Ya no tengo la necesidad constante de esforzarme al límite. Quiero ser diferente en la vida, ser mejor para mí y para la gente que me rodea”, comenta. Y añade: “La única razón por la que la gente me llamaba mentalmente frágil era porque compartía mis dudas y reflexiones”.

En la entrevista, el holandés también repasa sus inicios en el mundo del ciclismo. Fue “por accidente” porque él jugaba al fútbol. Pero al volverse “alto y larguirucho” y “no ser muy bueno” decidió probar suerte con la bicicleta. “Cuando comencé a andar en bicicleta, descubrí que me gustaba. Pero nunca soñé con una carrera como ciclista profesional”, detalla. Él quería ser médico y estudió dos años ciencias de la salud, pero cuando empezó a despuntar el pruebas de contrarreloj, se decantó por las dos ruedas.

El papel de la mente en el deporte de élite

Dumoulin es uno de los ciclistas que más veces se ha expresado públicamente sobre el papel que juega la mente en un deportistas de élite y esta última vez no ha sido una excepción. Y es claro: “El deporte de élite es muy bonito, pero también hay que estar un poco loco de la cabeza para mantenerlo durante mucho tiempo. No creo que puedas rendir al máximo y estar mentalmente en forma al mismo tiempo”. Y cree que de haberse hecho reflexiones en su momento del tipo ¿quién soy yo, adónde quiero llegar con mi vida…? No hubiese ganado el Giro.

De hecho, en su último Tour de Francia en 2020, llegó a maldecir la ronda francesa. “Fue realmente horrible. Odiaba tanto andar en bicicleta y odiaba tanto estar allí… y terminé séptimo. ¡Séptimo! Realmente no entiendo cómo es eso posible”. 

Y sentencia, siendo algo duro consigo mismo: “Quizás no fui la mejor persona para ser ciclista profesional durante quince años, no. De hecho, no soy adecuado para eso. Es por eso que me agoté después de once años”.

Con todo, no cierra la puerta a volver al ciclismo profesional algún día porque, a pesar de lo vivido, todavía siente amor por la bicicleta. Ahora se alejará de un equipo profesional durante un tiempo pero quizás algún día lo volvemos a ver de entrenador o de asesor. 

Articulo de biciospport.es