Peters gana etapa, Pogacar recupera terreno, Pinot se hunde en la general

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El francés Nans Peters se impuso este sábado en Loudenvielle en la octava etapa del Tour de Francia, la primera de los Pirineos, al término de una larga escapada que se formó al inicio de la jornada. Se trata del primer triunfo del ciclista del AG2R en la ronda gala, superando a otros compañeros de fuga, como el letón Tom Skujins (Trek-Segafredo) y Carlos Verona (Movistar), segundo y tercero, a 47 segundos.

Adam Yates (Mitchelton-Scott) consiguió conservar el maillot amarillo, tras una jornada donde sí se vieron movimientos entre los favoritos de la general, especialmente en la ascensión al Peyresourde, siendo el principal beneficiado el esloveno Tadej Pogacar (UAE Emirates), que logró recortar 40» en meta al resto de rivales y se mostró como el más fuerte en el día de hoy. En la cara opuesta, Thibout Pinot (Groupama FDJ), prontó quedó descartado de la batalla, aquejado de los dolores que arrastra desde su caída en la primera jornada.

Tras unos días de cierta parsimonia en el pelotón y tras la ventosa etapa de ayer, que dejó como principales damnificados a Tadej Pogacar, Mikel Landa, Richie Porte y Esteban Chaves, la carrera llegaba a los Pirineos en una 8º etapa, sin final en alto pero sí con grandes colosos de montaña: el Col de Menté (1ª; 6,9 km al 8,1%), Port de Balès (HC; 11,7 km al 7,7%), y Peyresorude (1ª; 9,7 km al 7,8%), que se coronaba a solo 12 km de meta. Trazado para las estrategias y para lanzar ataques lejanos, por tanto, había.

La primera de las ascensiones, el mítico Col de Menté –de infausto recuerdo para el desaparecido Luis Ocaña-, dejaba la diferencia en 11’49’’ y el descenso se desarrollaba con algunas incidencias, como las caídas, aparentemente sin consecuencias, de Romain Bardet (AG2R) y José Joaquín Rojas (Movistar). Otro ilustre del pelotón, Giacomo Nizzolo (NTT), sin caída de por medio, se subía al coche y decía adiós al Tour.

Con la victoria de etapa asentada en el grupo de escapados, gracias a su amplio margen respecto al pelotón, a 60 km para el final, poco antes de las primeras rampas de Balès, Jerome Cousin (Total-Direct Energie) tomaba unos metros de ventaja sobre sus compañeros de fuga. Mientras, en el gran grupo, Ineos-Grenadiers comenzaba a tomar posiciones delanteras, así como Bahrain-McLaren o UAE Emirates, sin olvidar al ‘ejército amarillo’ del Jumbo-Visma.

De hecho, los de Roglic comenzaban a imponer su ritmo machacón, al son del incombustible Tony Martin, a unos 50 km de la llegada, en los prolegómenos de Balès, seleccionando progresivamente al pelotón. Por delante, el impulso de Zakarin, Skujins y Cosnefroy finalizaba la breve aventura de Cousin, y el grupo se rompía ya camino de las rampas más duras del día.

La primera sorpresa del día saltaba en el pelotón, con un Thibout Pinot (Groupama FDJ) que comenzaba a descolgarse, antes de que se desatara cualquier tipo de batalla. En la cima, perdería ya más de cinco minutos. Robert Gesink (Jumbo-Visma), eso sí, comenzaba a incrementar el ritmo en cabeza del grupo de favoritos, donde también cedía su joven compañero Sepp Kuss. Por momentos, daba la impresión de que el equipo neerlandés se estaba pasando de revoluciones…

Peters y Zakarin coronaban destacados en cabeza, con poco menos de un minuto respecto a Verona, Skujins y Powless, y comenzaban un peligroso descenso. En el pelotón, un descomunal Van Aert era el responsable de seleccionar al personal durante los últimos kilómetros de Balès, coronando con 10 minutos de retraso respecto al dúo de cabeza.

El francés del AG2R, que había logrado soltar al poco habilidoso Zakarin en el descenso de Balès, afrontaba ya las primeras rampas del Peyresourde, a 20 km de meta, con una ligera ventaja sobre el ruso (32’’) y un gran Carlos Verona, en compañía de Tom Skujins, Powless y Andersen (a 52’’). Por su parte, Van Aert, con el trabajo hecho, reventaba en las primeras rampas de la ascensión, cediéndole el testigo a Tom Dumoulin.

Pero en todo pelotón siempre hay un inconformista. Y en el Tour de Francia ese inconformista es Julian Alaphilippe, que lanzaba un ataque a 3,5 km de la cumbre, para romper la hegemonía amarilla. El francés lo pagaría de forma inmediata, cediendo poco después, ante la neutralización de Dumoulin pero, sobre todo, tras el durísimo ataque de Pogacar, solo respondido por Roglic y Quintana. Por detrás, un grupo formado por Bernal, Landa, López, Urán y Guillaume Martin, trataban de enlazar. Yates, líder, cedía unos metros, al igual que Carapaz y Mas.

Pogacar repetía latigazo a falta de 1,5 km para la pancarta de la montaña, marchándose con unos segundos de ventaja sobre el resto de favoritos. Porte y Landa saldrían poco después en su búsqueda. Mientras, por delante, Nans Peters luchaba para coronar en solitario el Peyresourde, a 12 km del final, con unos 30’’ de ventaja sobre Zakarin. Ventaja que podría resultar suficiente para el francés a la hora de adjudicarse la victoria de etapa, teniendo en cuenta los problemas del ruso en los descensos.

Pogacar lograba distanciar en 50’’ a Landa y Porte, y en algo más de un minuto al grupo de Roglic, donde Guillaume Martin ponía un punto más de exigencia, y Nairo Quintana incrementaba el ritmo en la rampa final para neutralizar, junto al esloveno, al español y al australiano al inicio del descenso.

Finalizado el rápido descenso, Peters confirmaba su enorme victoria, tras formar parte de la fuga del día, con 47’’ de ventaja sobre Skujins y un gran Verona, quienes superaban a Zakarin en los metros finales. Por detrás, todos los favoritos se reagrupaban… salvo Pogacar, que lograba aventajar al resto de sus rivales en meta en unos 40’’, presentando una candidatura muy seria a ganar este Tour de Francia y sembrando las dudas sobre el rendimiento real de Bernal e, incluso, Roglic.

Andrey Amador por su parte estuvo atento en los primeros premios de montaña, sin embargo en el último cedió tiempo y terminó la etapa en el puesto 126 a 32:39 de Peters, mientras que en la general ahora es 114 con un retraso de 1:37:37 con respecto al líder Adam Yates ha conseguido mantener el amarillo.

Una jornada, la 9ª, que incluye 153 km entre Pau y Laruns, con el mítico Marie Blanque a 18 km del final, precedido por otras cuatro ascensiones.