El equipo belga presenta un «ocho» con Julian Alaphilippe, para la general, y el velocista Sam Bennett, para las llegadas masivas, como grandes referencias. Aunque Alaphilippe lideró durante muchas jornadas el pasado Tour de Francia, que acabó 5º, parece difícil que este año pueda luchar por el triunfo en una edición muy montañosa.
Así, el gran objetivo del Deceuninck-Quick Step será luchar por las victorias de etapa, aparte de con el francés y el irlandés Bennett (que estará acompañado de su lanzador, el danés Michael Mørkøv), con un buen número de clasicómanos y ciclistas que pueden pelear por la victoria en casi cualquier terreno, como el campeón danés Kasper Asgreen, Tim Declercq (BEL) Dries Devenyns (BEL), Zdenek Stybar (CZE) y Bob Jungels (LUX), dos veces top-10 del Giro y 11º en el Tour 2018.
“Para Julian será muy difícil repetir el Tour del año pasado, pero al mismo tiempo, no es necesario hacerlo -dice Tom Steels, director deportivo del equipo-. Con él iremos día a día y veremos qué pasa. Hay algunas buenas oportunidades para él, pero no estamos pensando en un escenario similar al del Tour anterior».
«En Sam [Bennett], tenemos un contendiente para los sprints de grupo, que no serán tan sencillos como en el pasado, ya que la ruta es una de las más difíciles de los últimos tiempos -añade Tom Steels-. Creo que hay un máximo de cuatro etapas claras para los velocistas repartidas en las tres semanas . Michael [Mørkøv] será el último hombre de Sam en los sprints, pero también Kasper [Asgreen y Styby [Stybar] jugarán un papel importante en su tren, mientras que al mismo tiempo estarán atentos a las oportunidades de escapada. Bob [Jungels] y Dries [Devenyns] son ciclistas que pueden apoyar a Julian, tienen mucha experiencia y pueden ayudarlo en la final. Por último, pero no menos importante, Tim [Declercq] hará lo que mejor sabe hacer: controlar la carrera. Tiene el poder y el conocimiento para hacerlo ”