El neozelandés George Bennett (Jumbo Visma) triunfó este miércoles en la 104ª edición del Gran Piemonte, sobre 187 kilómetros, con salida en Santo Stefano Belbo y llegada en Barolo, bajo una fuerte lluvia veraniega.
Bennett se impuso en 4h, 38 min. y 23 seg. por delante del italiano Diego Ulissi (UAE) y del neerlandés Mathieu Van Der Poel (Alpecin-Fenix), mientras que Alex Aranburu (Astana) entró sexto, a cuatro segundos del ganador, en el grupo de los mejores, tal y como ya sucediera en la pasada Milán-San Remo.
El corredor neozelandés atacó en la subida a la Morra y se hizo con una ventaja suficiente para aguantar en los últimos metros del ascenso final, ante el intento de Diego Ulissi, quien se quedó a tan solo cinco metros de arrebatarle el triunfo.
«No se si tendré la misma fuerza en las piernas, quiero intentar jugar mis opciones también en Il Lombardía», aseguró satisfecho Bennett al final de la carrera, al referirse a su ambición de ser protagonista también en la clásica italiana del próximo sábado.
Los 124 participantes salieron de Santo Stefano Belbo, y cuatro de ellos, Philip Walsleben (Alpecin), Joey Rosskopf (CCC), Honoré (Deceuninck-QuickStep), y Miles Scotson (Mitchelton-Scott), lanzaron el primer ataque a los doce kilómetros.
El primero en ceder fue Scotson, mientras que Rosskopf, Honoré y Wasleben aguantaron hasta los últimos 15 kilómetros, antes de ser alcanzados por el pelotón, donde el equipo Jumbo Visma era uno de los más activos.
El colombiano Iván Ramiro Sosa (Ineos), Mathieu Van Der Poel (Alpecin) o Vincenzo Nibali (Trek Segafredo) también iban cogiendo buenas posiciones para atacar la subida a la Morra, cuando faltaban 11 kilómetros para la línea de meta, al tiempo que la lluvia empezó a caer sobre el pelotón.
Pero el que lanzó el ataque definitivo fue George Bennett, quien se hizo con unos diez segundos de margen en la bajada de la Morra respecto a Van Der Poel, Ion Izaguirre (Astana) y un grupo de corredores que trataron, sin éxito, de contenerle. El neozelandés bajó con alto ritmo e incrementó su ventaja hasta los veinte segundos, con un grupo que esperó demasiado para organizar una persecución.
Llegó en solitario hasta los últimos metros Bennett y Ulissi fue el único en poder alcanzarle. Aumentó el ritmo y llegó a presionarle mucho en los últimos metros, sin lograr arrebatarle el triunfo final.