La importancia de la cadencia en el ciclismo

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La velocidad y la potencia son valores familiares tanto en el ciclismo profesional como en el ciclismo aficionado. Pero… ¿se pasa por alto la importancia de la cadencia de un ciclista?

La velocidad es el más obvio de los atributos, mientras que es fácil encontrar algún ciclista obsesionado con sus lecturas de potencia. La cadencia, entendida como la velocidad a la que giran las bielas, puede ser igualmente importante.

El Dr. Dan Dwyer, Profesor Titular de Ciencias Aplicadas del Deporte en la Universidad Deakin de Geelong, ha llevado a cabo una extensa investigación sobre la cadencia en el ciclismo y cómo puede afectar el rendimiento: “La cadencia puede marcar una gran diferencia.”

La ventaja de una cadencia más alta es que para cada ciclo de pedal, no tienes que aplicar tanta fuerza para producir la misma potencia. Tendrás que girar las bielas con más frecuencia, pero no tendrás que producir tanta fuerza.

Si analizas a un ciclista su rango más optimo es entre 60rpm y 70rpm. Para un rodador entrenado, su cadencia será mucho mayor. Para este tipo de ciclista, rodar a 85rpm o 90rpm será más cómodo. Un ciclista poco entrenado tendría que concentrarse en producir estos valores.

Dentro de su preparación para pruebas contrarreloj, Alex Dowsett ha pasado mucho tiempo afinando cada elemento de su rendimiento sobre la bicicleta, y está de acuerdo con el Dr. Dwyer que la cadencia es a menudo infravalorada:

La cadencia necesita ser trabajada y es a menudo descuidada. Todo el mundo se asienta en lo que sienten que es natural, pero un poco de trabajo específico puede producir grandes mejoras. Para mí, un día bajo será de 90 y un día alto será de 95, por lo que trabajo en una horquilla muy pequeña de variabilidad.

Hay segmentos en una prueba contrarreloj donde usaré mucha cadencia. Si entro rápido en una subida subo una o dos coronas y mantengo las revoluciones altas, tal vez hasta 100rpm o 105rpm. En estas circunstancias encuentro mucho fácil mantener la velocidad durante la subida.

Dwyer explica el mismo fenómeno en términos ligeramente diferentes: “Digamos que tú y yo estamos subiendo la misma subida, tenemos la misma masa corporal, rodamos a la misma velocidad y producimos la misma potencia. Si yo estoy rodando a 40rpm, no tendré que girar las bielas con tanta frecuencia, pero tendré que producir mucha fuerza a lo largo de cada ciclo del pedaleo. Si tu estás rodando a 80rpm, estarás pedaleando dos veces más, pero la cantidad de fuerza por pedal será la mitad”.

Algunos ciclistas pueden tener un buen rendimiento con cadencias bajas. Bert Grabsch fue campeón del mundo con una cadencia de 60rpm. Pero la mayoría de ciclistas son más eficientes a una cadencia más alta, alrededor de 90rpm.

Por lo tanto, en general, una mayor cadencia equivale a una mayor eficiencia y es más sostenible para cualquier tipo de ciclista. Si la cadencia hace una gran diferencia en una subida, imagina la diferencia que hará a través de una gran vuelta de tres semanas.

Tal y como indica el Dr. Dwyer: “No hay una cadencia ‘perfecta’. Los ciclistas que utilizan una cadencia en el extremo inferior la han estado utilizando durante años, por lo que sus músculos y su fisiología se han adaptado”.

Está más de moda centrarse en las lecturas de potencia, pero la cadencia, y su impacto en la velocidad y resistencia de un ciclista, puede tener un impacto considerable. En cualquier nivel del ciclismo, pero particularmente en el nivel de élite donde los márgenes son tan finos, la cadencia puede marcar una gran diferencia.