Arnaud Démare se lleva el triunfo en la etapa. Amador sigue aferrado al top 10 general

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La décima etapa del Giro de Italia se vivió con una caída masiva al cierra de la etapa, sin embargo nuestro compatriota Andrey Amador logró salvar esta montonera ubicandose en el puesto 73 de la fracción llegando con el mismo crono del ganador de la fracción Arnaud Démare.

Por la general Amador se sigue ubicando en el sexto lugar a una diferencia de 2.39 del líder Valerio Conti

La historia se repite en este Giro. Una etapa tranquila -incluso aburrida-, condenada al sprint en las calles de Módena, quedó «manchada» por los efectos de una caída. Y todo por los nervios típicos de los últimos kilómetros, con los equipos de los velocistas buscando la mejor colocación.

Con el español Fran Ventoso (CCC) apurando sus opciones de victoria -saltó a falta de 3 km y estaba a punto de ser alcanzado-, una caída en la parte delantera del pelotón cuando se entraba en los últimos 1.000 metros afectó a varios de los favoritos para el triunfo de etapa (Ackermann, Moschetti, Mareczko…) y desbarató completamente el sprint, que quedó reducido a una decena de ciclistas que salvaron la montonera.

Entre ellos, se vivió un cerrado final que terminó con la victoria del francés Arnaud Démare(su primera de la temporada), por delante de un Elia Viviani sin suerte ni piernas en este Giro, del alemán del BORA Rüdiger Selig -que lo intentó tras la caída de su compañero Ackermann-, y de Caleb Ewan. Aunque no se picaron tiempos para la general, tan solo ocho ciclistas llegaron por delante.

Pascal Ackermann -que buscaba su tercera victoria de etapa en esta edición de la corsa rosa– entró en meta con el maillot y el culote completamente rasgados y con importantes magulladuras en su cuerpo. Peor suerte corrió el italiano Matteo Moschetti (Trek-Segafredo), que quedó tendido en el suelo, muy dolorido, y casi sin poder moverse.

No hay cambios en la clasificación general, que sigue liderada por Valerio Conti, con 1´50″ de ventaja sobre Primoz Roglic.

Hasta entonces la 10ª etapa de este Giro (Ravena-Módena, de 145 km totalmente llanos) no habia tenido casi historia. Una jornada tranquila y previsible que los ciclistas se tomaron con mucha calma -día de tregua en espera de la alta montaña, a partir del jueves-, como demuestra la media de 40,26 km/h que marcó el ganador.

Con el banderazo de salida llegó el ataque del italiano Luca Covili (Bardiani-CSF) y el japonés Sho Hatsuyama (Nippo Vini Fantini), repetidor en una fuga. Marcharon escapados 115 kilómetros, con la ventaja siempre controlada por el pelotón (4´20” fue la máxima). Fueron cazados a 30 km del final con la volata en Modena ya en la mente. En los últimos diez kilómetros el ritmo se incrementó y llegaron los típicos nervios a los equipos de los velocistas.

A 3 km del final lo intenta Fran Ventoso con un potente demarraje. Coge unos metros que le llevan a soñar con la victoria pero que resultan insuficientes. Con el pelotón echándosele encima, dentro ya del último kilómetro, Ackermann hace el afilador y provoca una caída masiva que lo desbarata todo. El alemán y Moschetti pierden sus opciones de victoria de etapa y puede que algo más. El Giro no da tregua. Salvando la montonera, Jacopo Guarnierini lanzó a su compañero Démare hacia una victoria que le redime de un año mediocre. La jornada de hoy le acerca, y mucho, a la magla ciclamino de la clasificación por puntos. Sólo un punto le separa ya del «herido» Ackermann.