La lista de favoritos estaba clara, Froome, Tony Martin, Dumoulin, Thomas, Dennis, Cancellara, aunque este último un poco de “tapadillo”, además de Castroviejo e Izaguirre.
Comienza el espectáculo y empiezan a saltar los tiempos intermedios. En el kilómetro 10 Cancellara ya pasa primero, por delante de Thomas y Dennis, enviando a Froome a la séptima posición. Castroviejo, apuntando maneras, se mete en el sexto lugar.
La carretera se empieza a secar y llega el segundo control horario, en el kilómetro 19,7. Cancellara se va a la cuarta posición y la lucha se perfila entre Dennis, Dumoulin y Castroviejo, que empieza a llenar de alegría a los españoles. Pero, a la vista del resultado final, lo de Espartacus era una estrategia de cocodrilo: silencioso y taimado.
Se pasa el ecuador de la contrarreloj, rebasando el punto kilométrico 34,6, y Fabián vuelve a ocupar el primer puesto, superando ya en 18 segundos a Dennis y en 26 a Dumoulin. Froome pasa en cuarta posición y Castroviejo en quinta.
En el penúltimo control antes de la meta, Cancellara ya tiene 33 segundos sobre Dumoulin, Froome se coloca tercero y Dennis manda a Castroviejo a la quinta posición. Pero quedaba alguna sorpresa por llegar.
A falta de 10 kilómetros para el final Dennis se ve obligado a cambiar de bicicleta y, aunque la maniobra es ejemplar y muy rápida, no consigue librarse de padecer la sanción que otorga una de estas maniobras. Castroviejo llega a la meta marcando el mejor tiempo, y así permanece en los paneles hasta que Cancellara pasa la línea de meta, superando al de Movistar por 1:06. Después llegaría Dumoulin, que pierde 47 segundos con el suizo y un Froome desesperado que se deja 1:02 en la meta con respecto a Fabián Cancellara.
Lágrimas de Espartacus de la emoción, por el oro de su penúltimo esfuerzo deportivo y gesto muy triste de Castroviejo por aquello de “tan sólo cuatro segundos…”.