Para poder competir contra los mejores hay que tocar puertas en el extranjero, buscar los fogueos que más experiencia brinden y tratar de aprender de los mejores.
Pero cuando un ciclista va a una Copa del Mundo de la disciplina y nunca ha salido de Costa Rica para competir, ahí es grave la situación que se afrontará.
Un caso así fue el que le pasó a Mario Rojas, quien llegó sin roce internacional y con un ritmo muchísimo menor que el practicado en los Campeonatos Mundiales.
Obviamente el tico no se pudo mantener con el pelotón y mucho menos con los líderes, por lo que tuvo que abandonar la categoría junior en la cuarta vuelta.
Sin embargo sus palabras fueron muy concretas y acertadas. Se debe tener una preparación totalmente diferente para un Mundial y aprender que no es un juego de niños.
Ninguna competencia en el país será semejante a lo vivido en Richmond, por lo que urge comenzar a buscar salidas.
«Una gran experiencia, creo que para un Mundial sabemos se debe tener mucha preparación, la forma de correr tiene que ser muy diferente. Fueron más de 160 ciclistas a una velocidad impresionante, la rapidez es muy muy alto. Ninguna carrera en el país se corre tan fuerte como se hace en el Mundial», declaró Rojas luego de su participación.
«La preparación que se tiene que tener para un Mundial debe ser impresionante, es otra cosa, uno lo ve hasta en los mismo corredores, fue una gran experiencia para pensar en el futuro. En el pavé fue donde me corté, eso pasó por no haber reconocido el circuito antes», agregó.
El primer caso en Richmond fue Alyson Chévez, quien quedó descalificada por tiempo en la prueba junior de mujeres.