El circuito de la prueba de fondo del Campeonato Mundial de Ruta Richmond 2015 será una de esas circunstancias donde juegan más que las agallas.
Con muchas curvas a lo largo del camino, un pavé fuerte y repechos que sacan la gota más gruesa del cuerpo, la selección nacional de Costa Rica deberá acceder a la competición con mucha inteligente y capacidad.
Calificado como un circuito «complicadísimo», los 260 kilómetros se ponen como un examen de alto porcentaje para los ticos. De eso puede dar fe Juan Carlos Rojas, quien, pese a su experiencia y capacidad sobre el asfalto, le tiene respeto a lo que tendrá por delante el próximo fin de semana.
«No espera un circuito complicadísimo, los mismos entrenadores y corredores lo dicen. Es un circuito que hasta para andar a rueda va a costar porque tiene muchas curvas, es muy técnico entonces hay que estar concentrados para evitar esos tirones que hinchan las piernas. Los repechos no son tan largos pero son muy duros», comentó el «Rey».
Claro está que esta es una barrera más que se topa Rojas en su carrera aunque a la mayoría pudo pasarles por encima. La sed de revancha para este año, en comparación con Ponferrada 2014, es mucha.
El pavé podría ser uno de esos puntos que marque diferencia en la carrera, hecho al que el zarcereño le pone mucho ojo como precausión.
«En la parte de la subida es un pavé que golpea, es un pavé grande que golpea bastante casi como el de Europa. Hay que hacerlo sentado, con impulso, porque sino la rueda podría brincar», destacó.
Junto a Juan Carlos también estarán su hermano César y Andrey Amador, este último ya con experiencia en el Mundial tras quedar de tercero con el Movistar Team en la crono por equipos.