John Degenkolb se convirtió hoy en el primer ciclista alemán en ganar la prestigiosa clásica Paris-Roubaix en 119 años, al imponerse en el sprint final tras 253,5 kilómetros.
El único alemán que había logrado ganar antes en la carrera conocida como el «Infierno del Norte» había sido Josef Fischer en la primera edición de la prueba, en 1986.
«Estoy tan feliz y orgulloso», dijo Degenkolb, que apenas podía creerse haber vencido en el venerable velódromo de asfalto de Roubaix donde tradicionalmente termina la exigente carrera.
El alemán sumó su triunfo de hoy al que logró hace tres semanas en otra de las grandes pruebas de un día europeas, la Milán-San Remo.
«San Remo ya fue muy emocionante, pero esto supera todo. Esta es la carrera que siempre soñé ganar algún día. Es sencillamente increíble», dijo el corredor del Giant-Alpecin.
No hubo final feliz para el británico Bradley Wiggins, que hoy se despedía de la carretera para concentrarse en la pista.
El campeón del Tour de France 2012 y campeón olímpico contrarreloj no entró en el grupo de cabeza.
La principal escapada del día, un grupo de nueve hombres que llegó a tener cerca de siete minutos de ventaja, terminó a 23 kilómetros de meta al ser cazada por el pelotón.