Informe independiente concluye que la UCI consintió el doping

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La Unión Ciclista Internacional (UCI) actuó durante años de forma negligente frente al doping y protegió en su ascenso a la cima del deporte al estadoundiense Lance Armstrong, según la conclusión principal del informe independiente encargado por el propio organismo rector para esclarecer el capítulo más oscuro de su pasado.

 

El texto de 227 páginas elaborado por la Comisión Independiente para la Reforma del Ciclismo (CIRC), que fue publicado hoy, no ofrece grandes revelaciones sobre los años más duros del doping, pero sí lanza duras críticas contra los polémicos ex presidentes de la UCI Hein Verbruggen y Pat McQuaid.

Según el informe, existen «numerosos ejemplos» que demuestran que Armstrong, que ganó siete Tour de France antes de confesar que se dopó durante su carrera, fue «defendido» o «protegido» por el organismo rector del ciclismo.

«La UCI eximió a Lance Armstrong de las reglas, no lo controló pese a las sospechas y lo apoyó públicamente frente a las acusaciones de doping», advirtieron los autores de la investigación.

La lista de graves violaciones de su propio reglamento van desde el trato de favor hacia las estrellas del deporte hasta el nepotismo o la corrupción.

Pero el informe no se ocupa sólo de las trampas del pasado, sino también del presente, donde «el doping sigue siendo un problema para el deporte». «La lucha está lejos de haberse ganado», advierte el texto, en el que se asegura que muchos ciclistas tienen la opinión de que el uso de sustancias prohibidas está aún «muy extendido».

Además, tras entrevistar a 174 testigos, la comisión obtuvo testimonios de personas que aseguran que médicos suspendidos como el español Eufemiano Fuentes y el italiano Michele Ferrari siguen usando sus conocimientos.

«El doping sigue siendo un problema endémico en los niveles más bajos», dijo el actual presidente de la UCI, Brian Cookson, que fue quien encargó el informe en enero de 2014. «Pero no vamos a cerrar más los ojos ante el doping ni ayudar a la gente a encubrirlo».

La situación era al parecer distinta durante el mandato de sus predecesores, el holandés Verbruggen y el irlandés McQuaid, que son muy criticados por la CIRC por su comportamiento en el caso de Armstrong, pero exonerados de la acusación de haber recibido un soborno por parte del ex ciclista para tapar tests positivos o alterar informes independientes.

«El informe me exonera de cualquier comportamiento incorrecto, corrupción o complacencia», aseguró McQuaid.

La investigación constató un pago de Armstrong a la UCI por 125.000 dólares, pero no pudo probar que tuviera relación con la ocultación de una prueba antidoping adversa para el ex ciclista.

«Siento mucho muchas de las cosas que hice», dijo el ex ciclista en un comunicado publicado en su página web. «Pero espero que revelar la verdad conduzca a un futuro brillante y libre de doping para el deporte que amo».

Armstrong, que según su abogado «colaboró enteramente» con los investigadores, fue suspendido de por vida en 2012, sólo después de que hubiera terminado su carrera deportiva, tras la publicación de un demoledor informe de la Agencia Estadounidense Antidoping en la que se le acusaba de doping sistemático.

Aunque nunca dio positivo de forma oficial durante su carrera, el norteamericano confesó poco después en un programa de televisión el uso de sustancias prohibidas durante su época en activo.

Para un experto en marketing como Verbruggen, que dirigió la UCI casi como un cacique, Armstrong era tras su curación del cáncer «la elección perfecta para hacer renacer el deporte», señaló el reporte. «Y el hecho de que fuera americano abrió la puerta a un nuevo continente».

El monumento no debía ser derribado. Por eso en 1999 se aceptaron certificados médicos a posteriori para justificar un positivo por corticoides, al igual que se hizo en 1997 con el campeón mundial Laurent Brochard.

En 2001, también se detectaron parámetros «sospechosos» de EPO en una muestra de Armstrong en el Tour de Suisse, pero la UCI se negó a profundizar y en lugar de eso aceptó donaciones del corredor, algo que la CIRC calificó de «poco inteligente».

La comisión vio también trato de favor en el caso de doping de Alberto Contador en 2010. Los investigadores consideran inapropiado que el español, entonces la máxima estrella del pelotón, fuera avisado en persona en España por la UCI de que se le había detectado clembuterol en un control en el Tour de France, un procedimiento no habitual.

Los abogados de la AMA querían abrir de forma inmediata un expediente disciplinario al ciclista, mientras que los de la UCI preferían hacer más averiguaciones ya que el rastro de la sustancia era muy pequeño y el español alegaba que se debía a la ingesta de una carne contaminada. Finalmente, al enterarse de que la información había llegado a manos de unos periodistas, la UCI sacó el caso a la luz el 30 de septiembre.

«A pesar de la peculiaridad del caso debido al muy bajo nivel de clembuterol encontrado en el ciclista y al hecho de que era el ganador del Tour de 2010, la CIRC opina que a Alberto Contador se le deberían haber aplicado las misma reglas y procedimientos que a los demás corredores, sin importar su ranking y estatus».