Reacciones de los medios de comunicacione en el caso Armstrong

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El País de España: Así se borra una leyenda.

Al final de El hombre que mató a Liberty Valance, después de que James Stewart hubiera contado a un periodista que, en realidad, no fue él como la leyenda cantaba, sino John Wayne quien matara muchos años antes al matón Valance (Lee Marvin), el editor del periódico ordena a reportero romper todas las notas. “Cuando la leyenda se convierte en realidad, imprime la leyenda, no los hechos”, le dice.

 

 

Así era antes en Estados Unidos, un país cuya gran historia, la de la conquista del Oeste en el siglo XIX, se contó por los conquistadores en forma de cantar de gesta, de leyenda.

Así era antes en el ciclismo, antes de que la épica se convirtiera en abusado recurso literario: cada ciclista era un mito; cada victoria, una gesta.

La guerra de Vietnam, la vergüenza, cambió la forma de narrar, de mirar, la historia de Estados Unidos. Los escándalos de dopaje, las investigaciones policiales, cambiaron la mirada hacia el ciclismo: los hechos, de repente, empezaron a tener más importancia que la leyenda.

Lance Armstrong, la última leyenda, es ciclista, es estadounidense. La nueva leyenda, la nueva verdad, los hechos, son ahora el informe de la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA), 202 folios narrados con la voz, su verdad, de todos los excompañeros de Armstrong, los nuevos héroes, el nuevo ciclismo.

A todo ello, asumido por la afición y la sociedad en las últimas semanas (ayer, el New York Times daba peso a la nueva leyenda imprimiendo la historia de cómo todos los examigos de Armstrong, tiranizados y abducidos, perdieron el miedo y empezaron a hablar a las autoridades), solo le falta el sello oficial, el que le debería dar hoy la Unión Ciclista Internacional (UCI), que anunciará a la una de la tarde en Ginebra si las conclusiones de la USADA en su informe están lo suficientemente argumentadas para convertirlas en ley mundial y declarar desiertos de ganador los siete Tours en los que se impuso el tejano, de 1999 a 2005. Convertiría el 22 de octubre de 2012 en una especie de 14 de julio de 1789, en la fecha oficial del comienzo de una nueva era en la historia, la que debería acabar con el horror.

Pese al peso de los 202 folios, más los centenares de documentación de apoyo, la UCI podría estar tentada de concluir que esos papeles no valen para nada (lo que alargaría la agonía del caso con una vista ante el Tribunal Arbitral del Deporte) o zanjar salomónicamente invocando la prescripción de ocho años que fija la AMA y privando al norteamericano solo de sus dos últimos Tours.

Con ello, el organismo que durante la época de Armstrong presidió Hein Verbruggen protegería también su responsabilidad en la construcción de la leyenda Armstrong, un personaje que tan bien le fue al ciclismo tras el caso Festina. Dejando a un lado la aún no demostrada acusación de que tapó dos positivos de Armstrong, los testimonios de los ciclistas ante la USADA (los de Landis y Jacksche, sobre todo) también cuentan cómo ni Verbruggen ni su sucesor, Pat McQuaid, quisieron que sus denuncias fueran investigadas. También cuentan, Hamilton sobre todos, cómo Armstrong, que donó 200.000 euros a la UCI, llegaba a usar la lucha contra el dopaje en provecho propio haciendo que la UCI controlara más estrechamente a aquellos que le molestaban. Todo ello, claro, son leyendas.

 

Marca: Siete Tour de mentira

La Unión Ciclista Internacional (UCI) decidió hoy sancionar de por vida al ciclista estadounidense Lance Armstrong y desposeerle de sus siete Tours de Francia, dando así por bueno el informe de la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA), que le acusó de doparse y de suministrar sustancias dopantes a sus compañeros de equipo.

«La UCI no hará recurso a la USADA. La UCI le quitará los siete Tours de Francia. No hay lugar para él en el ciclismo», dijo Pat McQuaid, presidente de la UCI. La USADA había enviado hace dos semanas su ‘Decisión Razonada’ al caso que implicaba al US Postal y al texano en una amplia trama de dopaje en el mundo del ciclismo y la UCI debía decidir si apelaba ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) o dictaminaba en contra, camino este por el que finalmente ha optado.

De este modo, la UCI retirará todos los triunfos logrados por el de Austin, que decidió optar por la no defensa de las acusaciones de la USADA, donde destacan las siete históricas victorias logradas en la ‘Grande Boucle’ de 1999 a 2005. «Las pruebas demuestran, más allá de cualquier duda, que el equipo ciclista US Postal organizó el programa de dopaje más elaborado, profesionalizado y exitoso jamás visto en el deporte», según el director ejecutivo de la USADA, Travis Tygart.

«Lance Armstrong no solo utilizó sustancias para mejorar su rendimiento. Se las suministró a sus compañeros de equipo. No fue solo una parte de la cultura de dopaje de su equipo. La impuso y la volvió a imponer», manifestó Tygart.

Armstrong ha negado las acusaciones de haberse dopado, recordando que pasó cientos de controles, pero decidió no seguir respondiendo a las acusaciones de la USADA en las instancias deportivas de apelación, argumentando que el proceso le perjudicaba personalmente.

Siete Tours desiertos entre 1999 y 2005
El Tour de Francia estaba a la espera de esta decisión de la UCI antes de decidir si retira o no el nombre de Armstrong de los siete Tours consecutivos que ganó entre 1999 a 2005. El director de la prueba más prestigiosa del circuito internacional, Christian Prudhomme, manifestó recientemente que si finalmente Armstrong era desposeído de los siete títulos el Tour no designaría otros siete ganadores oficiales.

La USADA abogó por dejar desiertos esos siete títulos y aseguró que 20 de los 21 ciclistas que subieron al podio en el Tour en esos siete años estuvieron directamente vinculados al dopaje. Armstrong reapareció en público el viernes en Austin (Texas), ciudad donde reside, por primera vez desde la publicación del informe de la USADA, sin mencionar las acusaciones, aunque reconoció «lo difícil» que habían sido para él las dos últimas semanas.

Armstrong habló ante más de 1.500 personas que asistieron a un evento para apoyar su fundación de lucha contra el cáncer «Livestrong», fundada por él en 1997 tras sufrir y superar la enfermedad, y a cuya presidencia decidió renunciar. «No quiero que por la presencia de mi persona se ponga en un segundo plano los verdaderos objetivos que tiene nuestra fundación y que no son otros que seguir ayudando a todos las personas que sufren de cáncer», manifestó Armstrong en su comunicado de renuncia. El deportista tampoco comentó en Austin la decisión de Nike de suspender su relación contractual con él, denunciando la frustración de haber sido engañada por Armstrong durante más de una década

CRONOLOGÍA DEL ‘CASO ARMSTRONG’ EN 2012
12 de junio: La USADA notifica a Armstrong que ha iniciado un procedimiento legal contra él por dopaje. La USADA explica que ha remitido sus alegaciones a la Junta de Revisión Antidopaje, para que decida si debe proceder. Como respuesta, el exciclista emite un comunicado lamentado esas acusaciones «sin fundamentos» y «motivadas por el rencor».
22 de junio: Los abogados de Armstrong solicitan a la Junta de Revisión Antidopaje que recomienden a la USADA el final de la investigación.
29 de junio: La Junta de Revisión Antidopaje recomienda de forma unánime presentar cargos contra Armstrong.
9 de julio: Armstrong presenta una demanda para intentar detener el caso. Ese miso día, un juez federal desestima la demanda, acusando al texto de ser «una larga y amarga polémica» en vez de «una declaración breve y clara de los hechos detallados».
10 de julio: Tres antiguos socios de Armstrong son sancionados de por vida por la USADA por su implicación en una supuesta trama de dopaje. Se trata de los médicos Luis García del Moral y Michele Ferrari y el entrenador Pepe Martí. Armstrong vuelve a presentar una demanda para tratar de parar el caso.
11 de julio: La USADA concede 30 días a Lance Armstrong para responder a los cargos de dopaje.
5 de agosto: La Unión Ciclista Internacional (UCI) dice que su disputa con la USADA sobre quién debería dirigir las acusaciones de dopaje contra Armstrong debe ser resuelta por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).
20 de agosto: Un juez federal de Estados Unidos rechaza los esfuerzos de Armstrong para bloquear la acusaciones de la USADA.
23 de agosto: Armstrong anuncia que no volverá a pelear contra las acusaciones de dopaje de la USADA, que acto seguido confirma que sancionará de por vida al ex ciclista y le quitará todos los títulos cosechados a partir del 1 de agosto de 1998, incluidos los siete Tours de Francia ganados entre 1999 y 2005.
10 de octubre: La USADA da a conocer su ‘Decisión Razonada’ donde asegura que el US Postal y Lance Armstrong tuvieron el «más sofisticado y profesionalizado» programa de dopaje.
22 de octubre: La Unión Ciclista Internacional (UCI) decide no apelar ante el TAS y sanciona de por vida a Lance Armstrong, al que retira todas sus victorias en el Tour de Francia.

 

ESP: UCI sanciona a Armstrong de por vida

La Unión Ciclista Internacional (UCI) decidió hoy sancionar de por vida al ciclista estadounidense Lance Armstrong y desposeerle de sus siete Tours de Francia, dando así por bueno el informe de la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA), que le acusó de doparse y de suministrar sustancias dopantes a sus compañeros de equipo.

«Confirmo que no habrá apelación ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) y que se reconoce la sanción impuesta por la USADA. La UCI prohibirá que Armstrong compita y le desposeerá de sus siete Tours de Francia. Lance Armstrong no tiene sitio en el ciclismo», dijo en rueda de prensa el presidente de la UCI, Pat McQuaid.

«Este es un día crucial para el ciclismo. El ciclismo ha sufrido mucho para absorber el impacto del informe de la USADA», declaró McQuaid, que agregó que su mensaje a los deportistas, los patrocinadores y los aficionados es que «el ciclismo tiene futuro».

«No es la primera vez que el ciclismo llega a una encrucijada de camino y que ha tenido que confrontar su pasado», explicó el presidente de la UCI, que prometió a los aficionados de este deporte que encontrarán «un nuevo camino hacia delante».

La UCI avaló así el informe de 1000 paginas publicado a principios de este mes por la USADA, que recoge cientos de testimonios sobre las prácticas ilegales de Armstrong y su entorno, incluidos los de 11 ex compañeros del deportista tejano.

«Las pruebas demuestran, más allá de cualquier duda, que el equipo ciclista US Postal organizó el programa de dopaje más elaborado, profesionalizado y exitoso jamás visto en el deporte», según el director ejecutivo de la USADA, Travis Tygart.

«Lance Armstrong no solo utilizó sustancias para mejorar su rendimiento. Se las suministró a sus compañeros de equipo. No fue solo una parte de la cultura de dopaje de su equipo. La impuso y la volvió a imponer», manifestó Tygart.

Armstrong ha negado las acusaciones de haberse dopado, recordando que pasó cientos de controles, pero decidió no seguir respondiendo a las acusaciones de la USADA en las instancias deportivas de apelación, argumentando que el proceso le perjudicaba personalmente.

El Tour de Francia estaba a la espera de esta decisión de la UCI antes de decidir si retira o no el nombre de Armstrong de los siete Tours consecutivos que ganó entre 1999 a 2005.

El director de la prueba más prestigiosa del circuito internacional, Christian Prudhomme, manifestó recientemente que si finalmente Armstrong era desposeído de los siete títulos el Tour no designaría otros siete ganadores oficiales.

La USADA abogó por dejar desiertos esos siete títulos y aseguró que 20 de los 21 ciclistas que subieron al podio en el Tour en esos siete años estuvieron directamente vinculados al dopaje.

Armstrong reapareció en público el viernes en Austin (Texas), ciudad donde reside, por primera vez desde la publicación del informe de la USADA, sin mencionar las acusaciones, aunque reconoció «lo difícil» que habían sido para él las dos últimas semanas.

Armstrong habló ante más de 1.500 personas que asistieron a un evento para apoyar su fundación de lucha contra el cáncer «Livestrong», fundada por él en 1997 tras sufrir y superar la enfermedad, y a cuya presidencia decidió renunciar.

«No quiero que por la presencia de mi persona se ponga en un segundo plano los verdaderos objetivos que tiene nuestra fundación y que no son otros que seguir ayudando a todos las personas que sufren de cáncer», manifestó Armstrong en su comunicado de renuncia.

El deportista tampoco comentó en Austin la decisión de Nike de suspender su relación contractual con él, denunciando la frustración de haber sido engañada por Armstrong durante más de una década.

 

La columna de GOGA, Georgina Ruiz Sandoval

BRISTOL — Parece que esta historia sólo puede tener un final y no vendrá precisamente de la decisión de la UCI o de los procesos que están pendientes como el de Johan Bruyneel: el colofón solo puede venir cuando el mismo Lance Armstrong decida hablar o de su insistencia en guardar silencio. Desafortunadamente el nivel de acusaciones y evidencias que pesan a su alrededor son tan grandes como la mentira que ha sostenido durante todos estos años.

Ya hemos evaluado en otras ocasiones lo difícil que es separar en este caso al sobreviviente de cáncer del deportista. Como en ninguna otra historia, la dicotomía entre el héroe y el humano fusionaron su ADN para crear el aura que rodea a Lance y que hasta hoy muchos perciben como indestructible e intocable. Una considerable fracción de admiradores dentro y fuera del círculo deportivo cree que Armstrong no pudo haberse equivocado, que no pudo tomar el atajo fácil a la victoria como muchos otros meros mortales. A estas alturas queda claro que los exámenes antidopaje no son el único indicativo de que alguien es culpable o inocente. Varios de los ciclistas que ofrecieron sus testimonios nunca dieron positivo y sin embargo confesaron haber usado sustancias prohibidas.

Estamos claros que la cultura del silencio para encubrir una práctica, que realizaba probablemente más de la mitad del pelotón en las últimas dos décadas, pesaba como una losa para culpables e inocentes. El que decidía hablar quedaba aislado y condenado al repudio de la mayoría. Ahora que se presenta la oportunidad de descargar la conciencia y en los últimos días otros ya han confesado públicamente sin necesidad de una corte jurídica, como el caso de los ciclistas australianos Matt White y Stephen Hodge.

El español Jesús Manzano y el italiano Filippo Simeone son sólo dos ejemplos de crucificados cuya osadía quedó marcada en la historia como de amargados y hasta vengativos. Especialmente llama la atención el caso de Simeone quien, después de haber declarado sobre su dopaje y la asistencia del doctor Michele Ferrari en el mismo –y no contra Armstrong, quien por asociación se sintió atacado– sufrió la vejación pública del corredor texano al reprenderlo en público en carrera durante una escapada. En ese tiempo todos le dieron la espalda al italiano cuando en realidad lo que ocurría ante nuestros ojos era la intimidación de un testigo de corte.

Hay que recordar que la investigación de USADA no solamente se basa en los testimonios de 26 personas, sino en documentos científicos y bancarios. Y no solamente está implicado Lance sino el círculo de personas que permitieron que todo este proceso de malas prácticas se efectuara. Si bien no se señala directamente a la Unión Ciclista Internacional, queda implícito que ciertas personas tuvieron que permitirle libertades en esta bochornosa situación. La UCI no se puede lavar las manos, si son capaces de pronunciarse sobre los atletas también tendrían que sacar la cara por los errores cometidos durante ese periodo. Ciclistas como David Millar ya han llamado a que Heinz Verbruggen, entonces titular de la UCI y aún miembro de la misma, presente su renuncia.

Para nadie es un misterio que Lance Armstrong tiene una personalidad enorme, que impone y que le dio la posibilidad de luchar cara a cara contra la muerte. Pero en el camino la ambición y la arrogancia se apoderaron del atleta y su naturaleza. Desde jovencito Lance nunca se dio permiso de aprender de una derrota, la sola idea de terminar segundo lo convirtió en perfeccionista irremediable y los métodos para conseguir sus metas tomaron el rumbo equivocado. Hay que recordar que existe en récord el testimonio de que utilizaba EPO, testosterona y corticoides aún antes de que se le detectara el cáncer.

La historia milagrosa de su recuperación a la salud y a la bicicleta habría sido ejemplo suficiente para alentar a millones de afectados por este mal, incluso sin haber ganado un solo título del Tour de France. No sé por qué no se celebra igualmente a otros ejemplos de vida en el ciclismo como Sébastien Joly o Markel Irizar quienes superaron el cáncer y ruedan en el pelotón.

Muchos se cuestionan la razón de que esta investigación salga ahora y no antes cuando Armstrong estaba activo. La respuesta se reduce al nivel de influencia que tenía Lance hasta hace unas semanas. Esta misma investigación que produjo USADA estaba en proceso en la corte Federal por fraude alrededor del manejo de fondos públicos del US Postal y los testimonios de Leipheimer e Hincapié, entre otros, ya habían sido recabados en 2010. Pero de alguna manera la investigación Federal se paró de un día para otro.

Como lo reportó la periodista Julie Mancur del New York Times, Jeff Novitzky, investigador de la FDA (Administración de drogas y alimentos de Estados Unidos) –quien había formado parte de la investigación del caso BALCO– empezó la investigación del uso de EPO por primera vez con el ciclista Kayle Leogrande, a quien se le castigó por el uso de sustancias prohibidas por confesión en territorio estadounidense en 2008 aún sin haber dado positivo. El EPO que se encontró en la casa que rentó Leogrande por un tiempo llevó a Novitzky a su puerta. Ahí se inició la cadena a la que un año mpas tarde de este incidente se sumaron las declaraciones de Floyd Landis a la USADA y posteriormente las de Tyler Hamilton.

Por supuesto que la opinión publica le dio la espalda a las palabras a dos ciclistas (Landis y Hamilton) quienes antes habían mentido sobre el uso de sustancias prohibidas. Pero cuando se sumaron testimonios sumamente detallados y similares de otros ciclistas que nunca dieron positivo y que tenían buena imagen en la comunidad ciclista, la percepción cambió radicalmente. Estos ciclistas igualmente perderán su reputación y logros deportivos, otros como Levi Leipheimer, además de la sanción de tiempo, se quedó sin su lugar en el Omega Pharma Quick Step, asi que no solo se sacudieron las manos.

Este grupo de corredores prueba que el sistema antidopaje es imperfecto y relativamente evitable. Sobre todo cuando hablamos de alguien que tiene un status superlativo por uno, dos, tres y subsecuentes títulos del Tour de France, el sistema no pasa a ser más que una incomodidad que se puede neutralizar sabiendo con anticipación de la visita de los oficiales y preparando el sistema para minimizar el impacto de las sustancias utilizadas. Y claro que ayuda tener conexiones con oficiales y personajes de alto rango en varios estratos médicos, deportivos, comerciales y políticos.

Pensar que la imagen de la fundación Livestrong sirvió como paliativo para evadir y tamizar sospechas de dopaje es casi sentir una bofetada en cara, pero es algo que no se puede evitar. Lance a las alturas de su primer retiro tenía ya una legión de fieles seguidores cuya ola de afecto y admiración permeó prácticamente la más mínima sospecha. También después de ganar el séptimo Tour, Lance había aumentado su network en escalas millonarias patrocinado por un sinnúmero de marcas e incluso creando la base de su regreso al ciclismo en 2009 gracias al auspicio de Radio Shack. El mundo comercial es así de simple: me convienes, nos asociamos; me perjudicas, te doy la espalda. Lance ganó millones en patrocinios y las marcas que ahora se bajan del tren que está cerca de chocar se beneficiaron de Armstrong. Una transacción capitalista común y corriente que no deja de ser hipócrita en ambas partes en este caso, aunque el apoyo a Livestrong permanecerá más allá de la debacle personal del ciclista.

Otros implicados en circulo de dopaje dentro de las filas del US Postal como Michele Ferrari ya había sido juzgados por los mismos cargos en Italia y la investigación sobre sus actividades que también se extienden al lavado de dinero siguen en curso. Hay que volver a puntualizar: la médula del documento de USADA se basa en la posesión y distribución de sustancias prohibidas. así como la influencia sobre otros. Son perturbadoras las declaraciones donde la intimidación forma parte de esta influencia. Con cada día, mes y año de sus 7 triunfos no hubo una figura más omnipotente que la de Lance para hacer sentir a otro ciclista obligado a acceder a los métodos que se les proponían para pertenecer al círculo del equipo más poderoso del mundo en esos años. La amenaza es un recurso cobarde y aún más bajo cuando el nivel de influencia puede destruir reputaciones y vidas profesionales, como les ocurrió a la una vez masajista del US Postal, Emma O´Reilly, y a Betsy Andreu, esposa del ex-corredor del US Postal Frankie Andreu, cuyos testimonios aparecen en el libro del periodista David Walsh «LA Confidential» publicado en 2004. Otras amenazas y presiones hacia Zabriskie, Hamilton, Leipheimer quedaron registradas en sus testimonios.

Muchos opinarán que en con el ambiente entintando por el uso de sustancias prohibidas el nivel de competencia se igualaba y de cualquier forma Lance habría ganado.

En primera: cada organismo es diferente y aquellos menos dotados naturalmente podría haberse ayudado más que los mejores dotados genéticamente. Además los recursos económicos y la asesoría tampoco eran iguales entre corredores y equipos. El dopaje no es una media que equilibre la competencia. En segunda: el dopaje está prohibido y no es la forma correcta de competencia, por más que se quiera justificar porque la mayoría lo ejecuta.