La atleta narró su experiencia en el monte Everest y cómo logró ascender hasta la cima del mundo, gracias a una vida dedicada a los deportes de montaña.
La montañista Ligia Madrigal Moya, quien el pasado 22 de mayo se convirtió en la primera costarricense en alcanzar la cima del monte Everest de 8,848 metros sobre el nivel del mar (msnm), relató su proeza este lunes a los medios de comunicación, a su regreso al país.
Ligia expresó que se preparó toda una vida para enfrentar los peligros que tuvo que sortear en el ascenso a la cumbre del Everest y alcanzar sus metas.
Cada deporte que practicó, incluyendo el ciclismo de montaña, o carreras de aventura, donde se combina el ciclismo con el senderismo y la navegación en kayak en ríos, o el mar, le dio la fortaleza necesaria para afrontar el desafío más grande de su vida.
Aquella niña, que heredó de su padre la pasión por la montaña, no solo compitió en carreras atléticas, sino que se convirtió en una experta ciclista de montaña, teniendo el récord de 13 victorias en la exigente Ruta de los Conquistadores, considerada la prueba de Mountain bike más difícil del mundo.
“Todas esas experiencias, todas esas Rutas de los Conquistadores, las carreras, los ascensos al Cerro Chirripó me ayudaron, me respaldaron en cada una de las decisiones y cada paso que yo daba en el Everest. Para ese reto me preparé”, comentó Madrigal.
Precisamente, aquellas competencias, donde su condición física y su fuerza mental fueron llevadas al límite, forjaron el carácter y la disciplina de una atleta que nunca se dio por vencida y siempre dio el máximo para estar entre las primeras de la competencia.
“Mi esposo, Federico Escalante, me decía: ‘Ligia, usted ha entrenado toda su vida para esto’ (subir al Everest). Es verdad. Yo amo la montaña, he estado involucrada en deportes de montaña toda mi vida y llevé mi cuerpo al límite, al extremo, cada vez que competí”, recordó Madrigal.
Todas aquellas pruebas que la hicieron dar lo mejor, como la Ruta de los Conquistadores, que puso a prueba su tenacidad, le enseñaron que para ganar siempre se debe llevar al límite su condición física y su estado mental.
“En las competencias de ciclismo de montaña, si quería ganar debía arriesgarme y darlo todo. Así fue en el Everest, había que arriesgarse, dejar atrás los temores para lograr la cumbre. Sé cuáles son mis límites, sé cuáles son los extremos y sé qué hacer para recuperarme cuando he tenido bajones de energía y ánimo. Sé cómo controlar mi mente y sustituir esos pensamientos negativos por positivos”, expresó Madrigal.
Además de sus 13 victorias en la Ruta de los Conquistadores, Ligia Madrigal participó en otras grandes carreras nacionales como Guanaride y fue campeona nacional de Maratón MTB. También fue la primera costarricense en realizar 100 millas y vencedora de las 12 horas MTB Costa Rica, demostrando que su carrera deportiva siempre estuvo vinculada al ciclismo.
En 2013, Madrigal incluso compitió en la Vuelta a Cotopaxi en Ecuador, un evento de ciclismo de montaña donde participó en la categoría de parejas con su esposo Federico Escalante.
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