Debía andar el realizador del Tour ensimismado con el duelo táctico entre UAE Team Emirates y Jumbo-Visma, otro capítulo más, cuando Wout Poels (Bahrain Victorious) entró en meta como ganador de etapa. La imagen fue fugaz, como si lograr un parcial en la mejor carrera del mundo no fuera gran cosa. Apenas unos segundos vimos al neerlandés bajo la pancarta final.
Y los que no somos el realizador, podemos llegar a comprender la situación. Porque cómo no perder la cabeza viendo la fabulosa batalla que mantienen los dos grandes colosos de este deporte. Los dos mejores ciclistas y los dos mejores equipos. Mano a mano cada día, jugando sus cartas, tratando de leer lo que quiere hacer el rival mientras piensas en lo que tú deseas hacer.
Suele Jumbo-Visma llevar el peso de cada etapa hasta que llega el momento decisivo. Ahí es cuando los hombres de blanquinegro aparecen para hacer dudar a los neerlandeses, a los que siempre parece que ese movimiento del UAE les pilla por sorpresa. Pasó ayer y pasó hoy, cuando el equipo de Tadej Pogacar endureció la parte final de una etapa de 179 kilómetros, que empezó en Les Gets les Portes du Soleil y acabó en Saint-Gervais Mont-Blanc tras un buen puñado de puertos y cotas que acabaron por machacar las piernas de los pobres ciclistas.
Pocas fuerzas quedan ya en los extasiados cuerpos de los corredores, quienes han cambiado en esta edición las montoneras habituales en las etapas llanas por las montoneras en el inicio de las de montaña. La de este domingo paralizó al pelotón y afianzó la numerosa fuga que marchaba en cabeza. Una de muchos quilates, con los inseparables Wout van Aert (Jumbo-Visma) y Mathieu van der Poel (Alpecin-Deceuninck), además de otros grandes nombres como los de Guillaume Martin (Cofidis), Thibaut Pinot (Groupama-FDJ), Alexey Lutsenko (Astana Qazaqstan Team), Warren Barguil (Arkéa Samsic), Rui Costa (Intermarché), Michael Woods (Israel Premier Tech) o Giulio Ciccone (Lidl-Trek).
En ella también estaba una buena representación de los nuestros, con Mikel Landa (Bahrain Victorious), Omar Fraile (INEOS Grenadiers), Juanpe López (Lidl-Trek) y Alex Aramburu (Movistar Team). Y también, claro, se encontraban por allí Marc Soler (UAE Team Emirates), que atacó en la antepenúltima subida, Krists Neilands (Israel Premier Tech), que se cayó al coger un bidón de una moto, y, por supuesto, Wout Poels, un veterano sin victorias en grandes y que ya merecía una.
La merecía y la logró el compañero de Mikel y Pello, que aprovechó que Marc Soler se había quedado bajando de un cuarteto que ya era trío tras la baja de Neilands. Sólo quedaba el todoterreno Van Aert, que poco pudo hacer ante la embestida del escalador, que acabó imponiéndose con autoridad.
Mientras Poels levantaba los brazos, en el grupo de los favoritos Adam Yates (UAE Team Emirates) aceleraba y aceleraba. Tanto que su jefe, Tadej Pogacar, levantó el pie y dejó marchar al pequeño británico, bien para jugar a meterse en el podio o bien para usarlo como lanzador ante un posible ataque. Un ataque que llegó cuando la meta ya se veía.
Arrancó con la fiereza habitual el esloveno, que llevaba unos kilómetros jugando con Jonas Vingegaard. Perdía un metro Tadej y el danés dudaba: ¿será teatro o es que va mal? Estaba Jonas atado de pies y manos, sin saber muy bien cómo reaccionar. Con miedo de caer en la trampa y acelerar, pero con miedo también de no aprovechar un momento de bajón.