Es de sobra conocido que en el arte del esprint hay mil y una ‘trampas’. Los velocistas -y sus equipos- llevan al límite el reglamento para ganar la mejor posición, lanzarse con ventaja y conseguir el objetivo final: una victoria de etapa. Hasta ahí todo ‘correcto’, pero cuando se pone un peligro a un compañero es cuando llegan los problemas.
Y es que el final de la última etapa del Tour de Omán fue una de esas llegadas masivas con polémica. UAE buscó lanzar a la perfección a Fernando Gaviria y lo logró, porque el colombiano venció sin problemas en Matrah Corniche. Pero, para ello, también dejó a rivales fuera de juego en el final. Cerrando contra las vallas y de una forma que puede desencadenar accidentes.
Concretamente, Maximiliano Richeze lanza a Gaviria y se quita. Cavendish remonta desde atrás y cuando pasa al lado del argentino ve como su trayectoria queda parada por un Richeze que se cierra. Evidentemente, si el británico no se para se irá al suelo con el consiguiente riesgo. A ciencia cierta nadie sabe si ganaría el de la Isla de Man, pero el lanzador de Gaviria se encarga que no ocurra.
Es una acción habitual entre los lanzadores de nivel. ‘Molestar‘, aunque tiene ciertos grados. Tanto Morkov, lanzador de Cavendish, como Richeze son habituales en estas lides y el peligro es cada vez mayor. Porque luego existen accidentes que lo demuestran y hacen a todo el mundo llevarse las manos a la cabeza a toro pasado.
Hirt gana en Omán
La clasificación general del Tour de Omán no sufrió cambios. Jan Hirt (Intermaché-Wanty) se proclamó campeón, Masnada y Rui Costa le acompañaron en el podio final. El checo suma así su primer triunfo formando parte de la estructura belga, y su segunda vuelta ‘corta’ tras el Tour de Austria del 2016.