Davide Martinelli (Astana) ha buscado darle una vuelta a su profesión durante esta crisis del coronavirus. El italiano, que vive en Brescia, se ha convertido en uno de los ‘mensajeros’ más famosos de la localidad. El corredor de 26 años, agarra su bici cada día y, ataviado con máscara, guantes y mochila, se dedica a repartir medicinas o lo que sea necesario a los más desfavorecidos.
«Todo empezó gracias a un grupo de chicos de Lodetto, incluido mi primo Stefano, que se organizaron para la entrega de medicamentos y alimentos a las personas, especialmente ancianos, que no tienen la oportunidad de ir a Rovato -la localidad grande más cercana- a comprarlos», dice en una entremesista recogida en Tuttobiciweb.
«Desafortunadamente, en Lodetto no hay farmacia ni tienda de comestibles, y gracias a los voluntarios hemos solucionado los problemas de esas personas que no pueden viajar a la capital. Para mí es una oportunidad de ser útil y ayudar a muchas personas que me han apoyado a lo largo de los años», incide el hijo del famoso director.
Satisfecho con su gesto
«Tengo una bicicleta, dos piernas ahora poco entrenadas y una mochila. Es un honor poder ir a la farmacia a recoger medicamentos para una pareja de ancianos. Fueron solo unos diez kilómetros y treinta minutos, nada especial para un deportista profesional, pero cuando llegué a su puerta con las debidas precauciones (máscara y guantes) sentí un agradecimiento que aún resuena en mi cabeza. Soy el hombre más feliz del mundo», confirma un Martinelli que se ha convertido en otro de los héroes en esta pandemia.