Mikel Landa (Movistar), uno de los grandes protagonistas de la decimotercera etapa del Giró de Italia y quien acabó este viernes en la tercera posición tras un ataque desde lejos, señaló que vio «un poco más débiles» a sus rivales al triunfo final y que eso le da «moral para seguir atacando».
«He atacado desde lejos, y entre los kilómetros que faltaban y la altitud (2.456 metros la línea de meta) he llegado fundido. Estoy muy contento porque he visto un poco más débiles, más accesibles a los rivales. Nos da moral para seguir atacando, mientras las piernas aguanten», dijo Landa al término de la etapa.
El alavés, nacido en Murguía hace 29 años, en las dos últimas etapas ha descontado en más de 1 minuto y medio su desventaja en la general en relación a los grandes favoritos a la victoria final en el Giro.
«Ojalá siga teniendo fuerzas hasta Verona (final del Giro 2019). Es muy pronto para hablar. El Giro cambia de un día para otro y hay que ir día a día. Está muy difícil, somos muchos corredores los que queremos ganarlo. Aún estamos en la etapa trece, iremos día a día», añadió Landa.