Vingegaard devuelve el golpe

El bicampeón del Tour neutralizó medio minuto de ventaja de Pogacar, que había atacado en el Puy Mary, a 30 kilómetros, y le batió en la meta.

Jonas Vingegaard ha vuelto. El vigente bicampeón del Tour ya está aquí. No parecía el día adecuado para su resurgimiento, todavía un poco pronto. Y menos cuando Tadej Pogacar había lanzado su desafío a 30 kilómetros, en las exigentes rampas del Puy Mary. Todo apuntaba a una nueva exhibición del esloveno, a otro mordisco a la clasificación general, al crecimiento del maillot amarillo… Pero acabó con la victoria del danés, que celebró entre lágrimas por el recuerdo de la lesión que tuvo que superar después de su tremenda caída en la Itzulia. Lo que parecía un paseo de Pogacar, terminó con la resurrección de Vingegaard. El duelo está vivo. Bienvenidos al ciclismo.

Todo el mundo sabía que el maillot amarillo iba a atacar en el Pas de Peyrol, más conocido como Puy Mary, el puerto más duro de la jornada, a más de 30 kilómetros de la meta, y que posiblemente lo haría en los últimos 500 metros, igual que la semana anterior en la cima del Galibier. Dicho y hecho.

Pogacar se lanzó en el punto señalado. Como sabíamos todos. Solo Jonas Vingegaard, otra vez el danés, y Primoz Roglic resistieron a cierta distancia. Sin cebarse. El líder aumentaba la distancia en el descenso, llegó a superar el medio minuto, parecía un calco de la etapa del Galibier, tal vez la sentencia del Tour… Pero, de repente, la bicicleta de Tadej culeó. Alarma. No se cayó, pero su rendimiento dio un bajón. También cubrió en solitario la subida, el Font de Cére, que escondía un bono extra de ocho segundos en la cumbre, pero el guion había cambiado por completo. Vingegaard, que había soltado a Roglic, llegó con soltura a su rueda, tras recortar más de medio minuto. “He vuelto”, le dijo a su rival y a los aficionados. Imaginariamente. Simbólicamente. Vingegaard había devuelto el golpe.

El renacido Vingegaard remachó así una etapa diabólica por el Macizo Central, que aterrizó en Le Lioran con 45 minutos de adelanto. Las dos primeras horas se cubrieron a 47,1 km/h, a palo limpio, una barbaridad para un trazado rompepiernas que recorría seis puertos de diferente dificultad. La bochornosa actitud del día anterior, con un paseo bucólico por la campiña del Loira, tuvo una fantástica réplica este miércoles. Trepidante. A ese ritmo, era difícil que la escapada fraguara. Por allí anduvieron, entre otros, Oier Lazkano y Richard Carapaz. Sin éxito. El pronóstico de una resolución en fuga no se cumplió esta vez. Sí el ataque de Pogacar. Que desplegó mucho espectáculo, pero acabó desnudando sus propias debilidades. El guion ha cambiado.

Etapa

1 Jonas Vingegaard TVL 4h:58:002