A lo largo de 55 Vueltas a Costa Rica, hemos tenido grandes duelos, sin embargo en 1986 destaca la lucha de dos ticos que prácticamente dividieron a la afición tica, unos apoyaban al sprinter Rigoberto Zúñiga y otros al “Príncipe” Juan de Dios Castillo.
La Vuelta del 86 tuvo un total de 1621 kms y 12 etapas, donde la lucha fue desde el inicio y al final fueron solo 10 segundos los que definieron a Castillo como vencedor.
“En esos años, los ciclistas éramos muy protagonistas, la gente lo apoyaba a uno, y en esa vuelta en especial fue una lucha grande con Juan de Dios, a él lo apoyaban mucho por su humildad, su mentalidad de ciclista y los demás estaban conmigo y con El Globo” detalló Zúñiga.
Por su parte Juan de Dios aseguró que la lucha se dio desde la segunda etapa, cuando el ganó y se puso de líder en San Carlos.
“Eso fue una fiesta deportiva, todo mundo llegaba a las salidas, los medios de comunicación le daban mucha cobertura, yo gané la etapa entre Puntarenas y Aguas Zarcas y ahí me puse de líder Rigo perdió como seis o siete minutos”
Pese a esa ventaja, al día siguiente se hizo una fuga grande donde se fue Rigoberto, y donde Carlos Alvarado técnico de Juan de Dios le dijo que no se preocupara, sin embargo cuando iban perdiendo más de seis minutos, Castillo desobedeció y pese a que perdió tiempo, se mantenía líder con menos de dos minutos de ventaja.
La disputa siguió y poco a poco Zúñiga fue quitándole segundo a Juan de Dios, para llegar a la última jornada con tan solo 10 segundos entre los dos costarricenses.
“En la última etapa eran solo 10 segundos de ventaja, salió de Pérez Zeledón y terminó en el Estadio Nacional, Rigo sufrió un desperfecto mecánico y se quedó y yo logré sostener mi paso y poder cruzar la meta como campeón en el estadio nacional” finalizó Castillo.
Para Rigoberto esa vuelta fue especial y asegura que el país se dividió y que para él Juan de Dios tenía más afición.
“Yo siento que eran más aficionados los de Juan, porque eran menos ciclistas que nosotros, la carrera en lo deportivo fue muy leal, si hubo mucho fuego cruzado, mucha gente enardecida, se dividió la afición en dos partes, yo gané la etapa que llegó a Pérez Zeledón y no paré seguí hasta el hotel porque si me paraba me mataban, era la tierra de Juan de Dios, luego en la última etapa en la subida teníamos miedo porque la gente nos amenazaba que nos iba a tirar al suelo” finalizó Zúñiga