Los riesgos eran muy alto para mantener en pie la Vuelta a Costa Rica en marzo, eso lo tiene clarísimo el presidente de la Federación Costarricense de Ciclismo, Óscar Ávila, quien junto a su grupo de Junta Directiva decidió aplazar el evento y hacer un nuevo intento de organización para diciembre.
Ávila no ha tenido una gestión sencilla, la pandemia ha frenado el deporte en Costa Rica y a brincos y saltos han ido saliendo adelante.
«En realidad después de un largo análisis y viendo todo lo que se está viviendo, hemos decidido postergar la Vuelta, sabiendo que no el primer objetivo que teníamos pero sin embargo de una manera responsable decidimos tomar esta decisión», comentó Ávila.
«Si bien es cierto tenemos el apoyo de las autoridades y los gobiernos locales, llámense municipalidades, que están apuntadísimos, no tenemos la total seguridad de parte de las autoridades que quince días antes o una semana antes sea cancelada por parte de ellos por el aceleronazo de casos que se ha registrado, la federación no quiere incurrir en esta irresponsabilidad porque tendría resultados catastróficos», agrego.
Óscar dice que hay que reservar hoteles, tiquetes aéreos de equipos extranjeros, reservar carros, entre otros y todo eso se perdería con alguna cancelación.
Incluso se atreve a decir que con más tiempo, tendrán más tiempo para hacer con mayor grandeza la Vuelta número 56.