La Organización Mundial de la Salud lanzó un mensaje hace poco más de dos semanas que ofrecerá más tranquilidad a deportistas como los corredores o ciclistas tras presentar un completo informe sobre las formas de contagio. El coronavirus SARS-CoV-2, reza el informe, no se transmite por el aire. Eso implica que no nos contagiamos por respirar en la calle, correr o rodar en bici, o en un súper y que, por tanto, no es necesario ni eficaz llevar mascarillas como medida de protección personal.
Eso sí, en caso de los deportistas, debemos mantener mínimo un metro de distancia mientras corremos y unos cinco cómo máximo en bicicleta serían suficientes para reducir casi a cero las posibilidades de contagio, según expresan los expertos.
Según recoge la OMS, estar a menos de un metro de distancia de una persona con síntomas respiratorios, como tos o estornudos, sí supone un riesgo de contagio. A esa distancia, estamos expuestos a las gotitas respiratorias con capacidad infectiva, de entre 5 y 10 micrómetros –un cabello humano tiene más de 100 micrómetros de diámetro–, pero en deportes como la carrera o el ciclismo nunca se está cara a cara sino detrás a un lado, por lo que es casi imposible que se produzca el contagio. Esas partículas se quedan suspendidas en el aire cuando alguien estornuda o tose y después caen al suelo por su propia gravedad, por lo que una persona ubicada cerca durante ese breve periodo de tiempo se puede infectar.
Al aire libre las gotas mueren muy rápido
En cuanto a la transmisión por el aire, especifica el informe de la OMS, se refiere a partículas extremadamente pequeñas, de menos de 5 micrómetros de diámetro, que suelen resultar de la evaporación de gotas más grandes. Se denominan aerosoles y sí que pueden estar en el aire suspendidas durante periodos más largo de tiempo, en función del calor y la humedad, y transmitirse a distancias mayores de un metro. No obstante, señala la OMS, en el caso del SARS-CoV-2 sólo lo hacen en circunstancias muy específicas como las que se dan en el entorno hospitalario, donde el personal sanitario tiene que realizar procedimientos como intubar al paciente, desconectarlo de la ventilación, o hacerle una traqueotomía, que pueden generar esos aerosoles.
En otras circunstancias, es extremadamente poco probable que haya partículas virales flotando en el aire. Investigadores de Singapur tomaron muestras de aire en habitaciones de pacientes sintomáticos con Covid-19 y no hallaron ARN viral en el aire, tal como publicaron en la revitsta JAM. Es el mismo resultado obtenido al analizar 75.465 casos de la Covid-19 en China, donde tampoco se ha reportado ningún contagio por transmisión aérea del virus.
Suspendido en el aire, concluía un estudio, el patógeno es capaz de aguantar tres horas de media tras haber sido expulsado en forma pequeñas gotitas a través de la tos o estornudos. La OMS recuerda que ese estudio se ha llevado a cabo en el laboratorio, usando aparatos nebulizadores que no reflejan las condiciones reales de la tos o el estornudo humanos.
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