Hugo de Jonge, viceprimer ministro de Países Bajos, aseguró a la Cámara de Representantes que no se podrán celebrar eventos de masas «hasta que haya una vacuna y nadie sabe cuándo se va a conseguir, parece real un plazo de un año o más».
El país centroeuropeo, que fue pionero en dar por acabada competiciones como la liga de fútbol, cuenta con citas deportivas de estas características como la Amstel Gold Race (10 octubre) o el BinckBank Tour (29 de octubre-4 de noviembre), recientemente recolocadas en el calendario anunciado por la UCI para salvar el ciclismo. No sería el único deporte afectado, ya que también preocupa la maratón de Rotterdam (24-25 de octubre). Ya se había anunciado que el 1 de septiembre volverá el fútbol, pero a puerta cerrada.
«No nos rendimos y miramos las cosas positivas.Creo que la única solución es que se encuentre una vacuna o medicamento.Se está invirtiendo mucho dinero y energía en eso», asegura Leo van Vliet, director de la carrera, en declaraciones recogidas por De Telegraaf. Y es que, como la UCI aseguró en su plan para acabar la temporada 2020, todo estará sujeto al desarrollo de la pandemia y a las medidas restrictivas de los países. En Francia, por ejemplo, se anunció que se evitarían citas de este tipo con público hasta el 1 de septiembre y, aunque fuentes gubernamentales aseguraron que no afectaría al Tour (29 de agosto-20 de septiembre), está por ver si tampoco lo hará con el Dauphiné, programado dos semanas antes. Ciclistas como Froome ya han asegurado que no le importarían correr sin público para que el Tour se celebre, aunque esa medida se espera evitar.
El anuncio del gobierno neerlandés confirma también la imposibilidad de que la Vuelta comenzase en este país ya que esta restricción hubiese sido otro problema añadido a los de logística, cruce de fronteras o la pérdida del espíritu festivo que se esperaba en esas tres primeras etapas neerlandesa y que se esperan recuperar en 2022.