La segunda etapa del Tour Down Under (Woodside – Stirling, de 135,8 km) presentaba un terreno algo más accidentado y final en una rampa que sin ser muy dura -en torno al 3-4%- suele romper el pelotón y convertir el sprint en Stirling en territorio de llegadores potentes.
Un terreno propicio para Caleb Ewan –Pocket Rocket-, quien hizo buenos los pronósticos y remontó en los últimos metros a un Daryl Impey que conocía bien y al que también favorecía esta llegada, y que está aprovechando las bonificaciones para tomar ventaja respecto a otros favoritos al triunfo final. El sudafricano del Mitchelton-Scott -ganador del Down Under en 2018 y 2019- ya es tercero de la general a solo 1″ de Ewan, nuevo líder, y aventajando en 9″ al grueso de favoritos.
La resolución de la etapa quedó condicionada además por diversas caídas en los últimos kilómetros y en especial por una montera que se produjo a 1,5 km de meta y que dejó reducido el grupo cabacero una treintena de unidades. Aunque los jueces dieron el mismo tiempo que al ganador a quienes quedaron cortados por este incidente, la resolución de la etapa quedó despejada para un Caleb Ewan que impuso su descomunal potencia para anotarse su 40ª victoria como profesional, por delante de Impey, Nathan Haas y Fabio Felline. Inapelable su triunfo. Luis León Sánchez (Astana) fue 8º en un final en la que ya destacó otros años, y el hasta hoy líder Sam Bennett -sinpunch en lo más duro del repecho- solo pudo ser 13º. Se queda sin el maillot naranja de líder, que pasa a vestir Caleb Ewan, aunque empatado a tiempo con el irlandés. A 1″ se sitúa Daryl Impey, a 4″ Jasper Philipsen y a 5″ Nathan Haas.
La segunda etapa del Tour Down Under consistía en dos circuitos a los que había que dar cuatro vueltas cada uno. El primero, de 11 km, incluía la subida a Quarry Road (1 km al 7,1%), mientras que el segundo era de algo más de 20 km con una subida más tendida. En definitiva, un terreno accidentado propicio para buscar la aventura. Como la que intentaron Joey Rosskopf (CCC), Sam Jenner (UniSA-Australia), Laurens De Vresse (Astana) y Omer Goldstein (Israel), quienes saltaron en los primeros compases de la etapa y llegaron a alcanzar 3 minutos de ventaja antes de ser alcanzados a 40 km del final. De Vresse resistió unos kilómetros más con un ataque cerca del último sprint especial, pero también sería alcanzado por un pelotón que buscaba con decisión la volata.
Con el pelotón nervioso y rodando a gran velocidad, diversas caídas fueron cortando ciclistas hasta dejar el grupo cabecero muy reducido de cara al sprint que decidiría la victoria en Sitrling. Un sprint en el que Caleb Ewan ganó con suficiencia tras volver a demostrar su enorme potencia. En finales como este, y estando en forma, pocos ciclistas le pueden plantar cara.
La montonera que se produjo a 1,5 km del final afectó y dejó sin opciones de victoria a ciclistas como Elia Viviani, Simon Yates, Romain Bardet, Mads Pedersen, Ben Hermans o Edu Prades, entre otros. En algunos de estos casos, además, con serias heridas que amenazan su futuro en la prueba. Viviani llegó a meta con el lado izquierdo de su cuerpo magullado, y a lo largo del día decidirá junto a su equipo si toma mañana la salida. Simon Yates lo hizo a duras penas, ayudado por su compañero Luke Durbridge y con la rodilla izquierda ensangrentada. Pero el peor parado de todos resultó ser el belga del Israel Start-Up Nation Ben Hermans, quien sufre una compleja fractura de hombro, fractura de clavícula y de varias costillas, según informó su equipo. Será operado en su país en los próximos días y estará al menos 2 meses de baja.