Simon Yates se llevó este domingo su primera grande. El líder del Mitchelton se subió a lo más alto del podio de La Castellana tras completar una carrera casi perfecta. El líder no flaqueó ningún día. Estuvo impoluto desde el inicio.
El británico había preparado a conciencia la Vuelta; era su oportunidad de resarcirse después de un Giro que perdió en el último suspiro después de una genialidad de Chris Froome en Bardonecchia.
Quería demostrar su calidad y su fortaleza en España. Con su ya clásica filosofía por bandera, «la mejor defensa es un buen ataque», el de Mitchelton-Scott ha mostrado, a sus todavía 26 años, sus grandes credenciales. Además, lo ha hecho en un año inmejorable para el ciclismo británico, que ha firmado la triple corona: Chris Froome se hizo con el Giro, Geraint Thomas con el Tour y ahora Yates con la Vuelta. Un hito que puede resultar un espaldarazo importante para su país.
No fue la Vuelta del Movistar Team, que llegó a la carrera con el máximo favorito entre sus aspirantes y el mejor gregario posible: Alejandro Valverde. Nairo, ganador en 2016, se postulaba como el principal candidato por palmarés, aunque venía con dudas después de un gris Tour de Francia. Es cierto que había conseguido un triunfo de etapa importante, pero no logró el objetivo de entrar en el podio.
Perdiendo cobertura
Comenzaron muy fuertes, dominando la carrera. Valverde se mostró como el rey de las bonificaciones. Por eso llegó con opciones de podio hasta el final. Respondió en montaña. En La Covatilla, La Camperona (donde consiguió untriunfo excelso Óscar Rodríguez que encumbraba a un Murias que, al igual que el Burgos, se mostró muy competitivo en su debut), en los Lagos de Covadonga…
Tan sólo falló en Andorra, cuando se repartían los puestos del cajón. Nairo se desconectó mucho antes. Su crisis comenzó en el Monte Oiz. A partir de ahí, sabiendo que no tendría opciones en la general, se puso a las órdenes del ‘Bala’. El ‘Imbatible’ ganó dos etapas a Kiatkowski (Caminito del Rey) y Sagan (Almadén).
Mucha igualdad
Fue la Vuelta de la igualdad, del calor y las pequeñas diferencias. No rindieron a su mejor nivel hombres como Ion Izagirre o David de la Cuz, que tenían esperanzas de pisar el podio. Tampoco Fabio Aru, ganador de esta carrera, al que le persiguieron todos los fantasmas.
Los españoles que sí triunfaron fueron Jesús Herrada, que vistió durante dos días el maillot de líder gracias a una inteligente escapada en Estaca de Bares, y Enric Mas. El balear, el ‘heredero de Contador’, fue de menos a más. Siempre respondió con los mejores pero se vino arriba tras su gran actuación en la crono de Torrelavega.
Aquella tarde se acercó a un podio que cazó tras su histórico triunfo del sábado en La Gallina. Allí superó a Supermán López, quien se coló en el tercer puesto gracias a su actitud ofensiva en el último tramo.
El último triunfo
Este domingo se disputó en La Castellana la última etapa de Madrid. Rosskopf, Rubio, Bravo y Stalnov fueron los cuatro escapados del día. Entre ellos, como casi durante toda la Vuelta, había representación de Burgos y Murias
Antes, Igor Antón se había dado un homenaje al pasar en solitario por la línea de meta. Su despedida después de 14 años como profesional lo merecía. Pero, lejos de los brindis con champán y las fotos divertidas a la cámara, el único aliciente del día era qué esprinter se llevaría el triunfo en Cibeles.
Finalmente fue Viviani, que hacía ‘triplete’, aquien se llevó un ajustado triunfo al imponerse al esprín a Sagan y Nizzolo. Aberaturi, que el año que viene cambiará Murias por Caja Rural, fue sexto.. Era la última victoria del italiano en una Vuelta que fue dominada por el capitán Simon Yates.