Cada corredor tiene su propia carrera que se convierte en su eterno amor, y en nuestro caso particular Andrey Amador encontró en el Giro de Italia esa atracción particular.
La primera vez que el corredor y el evento se cruzaron por el camino fue en el 2010 donde ya hubo un primer guiño, en ese primer encuentro la esuadra de la telefónica llegaba con las aspiraciones de botines como etapas y fugas, sin embargo David Arroyo estuvo a punto de dar la gran sorpresa en la general individual. Al final el Giro fue ganado por Ivan Basso, mientras que Amador finalizó en el puesto 41.
EL Tour de Francia se interpuso en la insipiente relación para el 2011 donde el nacional sufrió toda la ronda gala de un esguince en su tobillo.
Para el 2012 fue el re encuentro de Amador con el Giro y fue de una manera alucinante, incluso para las personas que no se interesaba por el ciclismo, pero descubrieron lo especial entre el ciclista y el evento.
Final en Cervinia – una etapa de alta montaña- con el triunfo de Amador un momento que marcó esta relación y donde el Costa Rica comenzó a seguir palmo a palmo cada capitulo para ver como iba a terminar esa relación tras 22 días de competencia.
Para el 2013 el Tour centenario se interpuso entre el Giro y Andrey, por lo que el nacional no se encontró con su amada prueba de por etapas.
2014. Amador regreso, para impulsar y concretar la candidatura de Nairo Quintana como campeón del Giro, fue un duelo entre Quintana y su compatriota Rigoberto Uran donde la escuadra de la telefónica ejerció todo su peso de escuadra para dejarse la clasificación general. Ese año Andrey subiría en Triste al podio con el resto de su equipo para celebrar. Posiblemente ese instante de subir al podio marcó lo que vendría en los años posteriores entre el corredor y el Giro.
En el 2015 ya no iba a existir más interrupciones, el Tour no se iba a interponer más entre Andrey y el Giro. Y como para ratificar que la fuerza es fuerte entre el evento y el corredor Andrey se iba a lucir en la primera parte de la competencia sosteniendo un tercer lugar general, sin embargo en la última semana de más montaña Mikel Landa le arrebataría el puesto del cajón en Milán, al final el nacional terminaría con un enorme cuarto puesto en el Giro, que consiguió el «pistolero» Alberto Contador.
Ganador de etapa, luchando podio en etapa, gregario de un campeón; vivió diferentes facetas pero faltaba un sueño más alto: ser líder. Andrey es ambicioso y aunque un año antes tuvo muy cerca vestir la maglia rosa, al final no la portó.
Con esa «espinita» llegó el 2016 en la primera cronometrada de 9,8 km en Apeldoorn, países bajos, Andrey arrancó con la pólvora bien encendida demostrando que su preparación estaba a la altura de su gran amor italiano.
Tom Dumuolin fue líder por los primeros días, también la maglia pasó por las manos de Marcel Kitel, Gianluca Brambilla y Bob Jungles . La novia le daba la mano a muchos pretendientes pero no le terminaba de dar el sí a Andrey.
El momento culminante llegó Palmanova y Friuli ese día un país entero seguía palmo a palmo la historia de Andrey que pedaleo a fondo soltando de rueda a Jungles y vistiendo por primera vez la maglia rosa. Ese día Costa Rica entera se visitó de rosa para celebrar la culminación de un amor que ya lleva siete años entre la victoria , el dolor, el esfuerzo, la celebración para terceros , pero en esta oportunidad el amor de la Corsa era solo para él.
Fue un día mágico donde toda Costa Rica celebro vistiendose de rosa y aunque la maglia se entregó al día siguiente, la historia escrita por Andrey Amador se contará día a día como fue el primer tico y primer centroamericano en ser líder del Giro de Italia.
El Giro y Andrey una historia de amor que vendrá en para su temporada numero 7, vamos a disfrutarla #VamosAndrey.