El gran aliciente que planteaba esta Amstel Gold Race era constatar que efecto tenía sobre la carrera el nuevo recorrido. Y la respuesta es unánime: ha sido un éxito mayúsculo. Un acierto que ha desencadenado en la mejor edición que recordamos en la era moderna de la gran clásica neerlandesa con todos los grandes nombres de este inicio de curso enfrentados con aún 40 kilómetros por recorrer.
La ausencia del Cauberg como juez definitivo en el tramo final ha obligado a los grandes especialistas de este ciclismo de cotas a tomar una nueva estrategia. La posibilidad de llegar a la recta de meta en un grupo de 30 o 40 unidades con ciclistas tan rápidos como Matthews o Colbrelli hacía ineludible seleccionar la carrera desde lejos. Tarea que no ha rehuido Gilbert, que ya demostró su valentía con su épica cabalgada camino de la gloria en Flandes, con una arrancada durísima sobre las exigentes rampas del Kruisberg junto a Tiesj Benoot. Su arrojo y desparpajo han vuelto a encontrar premio y con el ciclista del Lotto-Soudal a rueda, además de Henao (Sky), Albasini (Orica), Haas (Dimension Data), Ion Izagirre (Bahrain) y Rojas (Movistar), ha formado el corte decisivo del día.
Por detrás, presos del miedo a precipitarse, tanto Valverde como Van Avermaet y Kwiatkowski han permanecido inmóviles con la esperanza de que el movimiento, ante la gran cantidad de terreno aún por cubrir, fuera neutralizado. Pero los más de 220 kilómetros y 30 cotas ascendidas que ya se acumulaban en las piernas no daban lugar a la irrupción de grandes acciones por parte de ningún gregario en la persecución.
Por ello, el polaco, ganador de la pasada Milán-San Remo, no ha dejado pasar la posibilidad de arrancar en el siguiente muro, el Keutenberg, para intentar contactar. Tanto El Bala como el reciente vencedor de la París-Roubaix se han movido, pero con más timidez que Kwiato, que exhibiendo unas formidables piernas ha logrado contactar en solitario con el grupo cabecero. Unos metros más atrás, con apenas cinco segundo de desventaja, se producía el instante clave de esta Amstel Gold Race 2017: Valverde y Van Avermaet, junto a Fellini y Tim Wellens, víctimas de la fatiga por la ascensión y penalizados por el viento, no lograban terminar de cerrar el hueco.
Una brecha, que para su frustración, se ha ido haciendo más y más grande por las dudas a la hora de dar los relevos, mientras delante el entendimiento era perfecto. Quedaban eliminados dos de los grandes favoritos.
Aun así, tanto el líder del Movistar Team como el del BMC se han vaciado en la persecución, pero nada han podido hacer ante el empuje de la cabeza, donde el trabajo de Henao en favor de Kwiatkowski ha sido absolutamente clave. Los siete ciclistas que abrían la prueba han ascendido juntos tanto el Cauberg, una vez más abarrotado, como el Geulhemmerberg y han dejado el deber de resolver la carrera para la última cota: Bemelerberg, de 1.200 metros con picos del 7% y una media que apenas superaba el 4%, pero más que suficiente para que Gilbert y Kwiatkowski demostraran que eran los dos hombres más fuertes presentes en el día de hoy.
El ganador de la Milán-San Remo frente al vencedor del Tour de Flandes, ambos campeones del mundo y poseedores de un talento excepcional, enfrentados cara a cara en la recta de meta de esta Amstel Gold Race, donde el viento de cara ha jugado un papel fundamental. El polaco ha querido sorprender desde lejos a Gilbert y a 300 metros para el final ha arrancado logrando sacar de rueda a su adversario, que lejos de darse por vencido ha continuado insistiendo aprovechándose de la estela de Kwiato, que ya sin fuerzas, ha visto como le superaba el belga, que con gran suficiencia se ha elevado para celebrar con su mano su cuarto título en la Amstel Gold Race. Únicamente Jan Raas, ciclista neerlandés de los 80, que cuenta con cinco triunfos ha ganado más veces que él en la clásica de la cerveza.
La lucha por el podio se ha resuelto en favor de Albasini, que ha sido tercero, por delante de Haas y un meritorio José Joaquín Rojas que, solo seis meses después de la terrible lesión que sufrió en la pasada Vuelta a España, ha logrado filtrarse en el corte bueno para lograr el mejor resultado de su carrera en una gran clásica y salvar el día al Movistar Team. Séptimo ha sido Ion Izagirre, que también ha completado una gran actuación resistiendo con los mejores especialistas del mundo y demostrando que su calidad y polivalencia le hacen un ciclista a tener en cuenta también en clásicas de un día.
Por último, destacar la buena actuación también de Juanjo Lobato, tras un inicio de año difícil, pues a su undécima plaza final hay que sumar que estuve en la lucha junto a Valverde y Van Avermaet en los muros cuando se producían los movimientos definitivos.