La primera palabra que cabe para empezar este texto es histórico. No hay otra. Nairo Quintana le regaló a Colombia y aún más grande, a Latinoamérica, su primer Giro de Italia al concluir este domingo en Trieste la última etapa de la edición 97.
Pero para que todo sea mejor, lo hizo al lado del Movistar Team, ese equipo en el que corre un tico llamado Andrey Amador y que no para de sorprender en cada carrera que disputa en Europa por su gallardía.
Ese mismo costarricense que nos hizo sentir orgullosos por terminar el Tour de Francia en el 2011 con un esguince de tobillo, ese mismo que ganó la etapa 14 del Giro 2012, y que para este año se sobrepuso al esguince cervical. Él quería completar la hazaña del Movistar.
Jamás un tico ha conseguido algo parecido a lo que consiguió Amador con su equipo, porque incluso es el único centroamericano que ha podido correr una grande. Sí, por eso todo se hace más histórico.
Hoy era el momento para disfrutar eso. La jornada de empezaba con un paseo triunfal para que Italia disfrutara al campeón. El humilde pedalista que salió de Boyacá para asombrar al mundo de los pedales.
Fueron 172 kilómetros que probablemente Quintana deseaba que se acabaran para esbozar la sonrisa de satisfacción y calma que tuvo al final cuando ingresó a meta, la última de 21 exigentes etapas.
El triunfo del día fue para Luka Mezgec (Giant-Shimano), quien con una increíble punta de velocidad que montó desde atrás, sorprendió a Giacomo Nizzolo y Nacer Bouhanni.
Trabajado triunfo
El ascenso al Stelvio, cuando Nairo pudo quitarse de encima los minutos de ventaja de su compatriota Rigoberto Urán, segundo, fue el momento clave de la carrera…si es que tuviéramos que elegir uno. Pero el trabajo impecable del equipo fue determinante para no perder la paciencia en los momentos de tensión y saber llevar el cauce de la carrera cuando se tenía cerca el triunfo.
Quintana conquistó los colosos del Gavia (2.618 m) y del Stelvio (2.748) y atrás tuvo el apoyo de un equipo que nunca se rindió. Imposible olvidar la postal de
Amador jalando el grupo de favoritos en medio del frío y la nieve.
Además de los otros hombres de la escuadra telefónica: Igor Antón, Jonathan Castroviejo, Eros Capecchi, José Herrada, Gorka Izagirre, Adriano Malori y Fran Ventoso. Todos terminaron la Corsa Rosa.
A la camisa rosa le debe agregar la blanca de mejor joven que se dejó el cafetero (tiene tan solo 24 años) y las dos etapas.
«Es uno de los días más felices de mi vida», fueron sus primeras palabras, y no es para menos, después de poco más de 88 horas de pedaleo constante en el que superó un resfrío, caídas y cortes.
Al final demostró de qué está hecho, que el segundo lugar en el Tour de Francia del 2013 no fue casualidad, como bien lo dijo él mismo.
Puso en lo más alto la bandera de Colombia, país que goza de un futuro envidiable en en el ciclismo. Muestra de eso el subcampeonato de Rigo Urán y el triunfo en la montaña de Julián Arredondo (Trek).
Nairo Quitana se define con una palabra en los libros del ciclismo: Histórico. Hay muchas más, pero su victoria marca un antes y un después en la ‘Corsa Rosa’, y ahí junto a él, atrás, adelante y donde lo ocupara, estuvo Andrey Amador, un tico.