Once años después de su primera victoria de por vida en el Giro de Italia, hacemos un recuento de las claves que llevaron al costarricense a consagrarse en la cima de Cervinia convirtiéndose en el primer centroamericano en lograr un triunfo en la Corsa Rosa.
Nadie merecía más el triunfo que Andrey Amador, así lo había demostrado en otras jornadas en las que también había buscado a través de la fuga estrenar su palmarés profesional en el Giro de Italia. Se había quedado a la puerta del triunfo en la duodécima etapa con final en Sestri Levante, ocupando la tercera posición detrás del danés Lars Ytting Bak (Lotto Belisol) y el francés Sandy Casar (FDJ Big Mat).
La durísima etapa 14 programada para el 19 de mayo de 2012, diputada entre Cherasco y Breuil-Cervinia sobre 206 kilómetros, lucía como un escenario perfecto para dejar un nuevo testimonio de su combatividad. Aún con el desgaste acumulado logró involucrarse en la escapada de seis corredores después de 60 kilómetros y múltiples intentos por conformar la cabeza de carrera. Una vez alcanzado el primer objetivo, pedaleó por más de 150 kilómetros para mantener sus opciones de triunfo.
El tico aprovechaba el descenso del Col de Joux y se anticipaba a Jan Bárta (Team NetApp) intentando sorprender en solitario con más de 50 kilómetros por recorrer, entre los que se destacaba el ascenso de primera categoría a Cervinia. Pero la apuesta del tico era amenazada por la persecución del grupo líder comandado por el Team Garmin-Barracuda protegiendo a su líder Ryder Hesjedal y la conexión del propio Jan Bárta y Alessandro De Marchi (Androni Giocattoli – Venezuela) en los últimos 10 kilómetros.
Andrey no tuvo otra opción que vigilar cada movimiento de sus dos rivales hasta los último metros y simulando un remate propio de una prueba de velódromo, confiaba en sus reservas de energía para contraatacar. Bárta, “mordía el anzuelo” y lanzaba su propuesta en los último 100 metros mientras que Amador se vaciaba en un contrataque que le permitía dominar el embalaje y alcanzar la anhelada victoria parcial con solo 20 segundos de margen sobre el grupo principal.
El costarricense apenas podía asimilar lo que había acabado de lograr y la avalancha mediática que buscaba sus primeras palabras. Cruzar en primer lugar esa línea de sentencia era la puerta de entrada a un sinnúmero de primeras veces como ser el centro de atención en un acto protocolario de un Giro de Italia y una gran vuelta, ser la principal fuente de consulta en conferencia de prensa y estar en boca de todos sus paisanos que comentaban con orgullo, aquel 19 de mayo, la oportunidad de nacer en tierras costarricenses.
Andrey Amador conseguía la segunda victoria parcial para el Movistar Team en la edición 95 de la «Corsa Rosa» después del logro alcanzado por su compañero Francisco Ventoso en Frosinone. La ocasión también sirvió para homenajear la memoria del Xavi Tondo a un año de su absurda perdida.
¿Cuál es la gesta número uno del ciclista tico?
Giro de Italia 2012: El éxito de Andrey Amador