Con 22 años y proveniente de un país sin muchas referencias históricas en la especialidad, Abigaíl Recio ha logrado ubicar el nombre de Costa Rica entre los 30 mejores del escalafón por naciones en las tres pruebas en las que compite: Velocidad Pura, 500 Metros Contrarreloj y Keirin.
Después de su buen balance en los Juegos Panamericanos Junior Cali 2021), Recio planificó su siguiente temporada buscando reunir todos los requisitos que le permitieran presentarse en el Campeonato Mundial de Francia en octubre. Decisión que implicó un alto costo económico, viviendo la mayor parte del año en Colombia bajo la dirección de John Jaime González, seleccionador nacional de ese país.
La inversión de casi 40 mil dólares respaldada principalmente por su familia, le permitió a la ciclista debutar en una cita europea como la Copa de Naciones de Glasgow (Escocia) y viajar por primera vez a uno de los países referentes en la velocidad a nivel mundial como Alemania, conviviendo como una integrante más del grupo de velocistas colombianos y recibiendo de primera mano todo el aprendizaje que dicha experiencia implica.
En su presupuesto anual también cuentan las participaciones en la Copa de Naciones de Cali (Colombia), el Campeonato Nacional de Costa Rica y el Campeonato Panamericano de Pista en Lima (Perú).
Por todo lo anterior, Abigaíl cumplió los objetivos para hacer historia en el Velódromo Nacional de Saint-Quentin-en-Yvelines, de haberse dado la posibilidad de debutar en un Campeonato del Mundo, faltando únicamente el requisito de que su país participara en el Campeonato Mundial Junior de Pista y el más importante, poder solventar el gasto económico que implicaba la participación en la cita mundialista.
“A un mundial se clasifican 25 países, pero los primeros 16 cupos que se reparten por naciones, pero en ese puntaje se suman todas las unidades que aporta cada ciclista. Si son cinco colombianas, todos los puntos de ellas cuentan. En Costa Rica es Abigaíl sumando sola esos puntos…” explicó la velocista, dejando constancia del desafío que representa clasificar a la máxima cita del Ciclismo de Pista a nivel mundial.
“Se ha trabajado muy duro para el país, es mi país, donde nací. Estoy muy agradecida, pero nos toca navegar solitos” precisó.
A pesar del apoyo de instituciones como el Comité Olímpico Nacional de Costa Rica e ICODER y de marcas como Suárez, Oakley y 226ERS la deportista es clara y admite que no es suficiente para suplir las necesidades que implica competir cara a cara con las mejores del mundo.
“En el momento en que mi papá y yo decidimos estar a un nivel en el que Costa Rica nunca ha estado, sabíamos que teníamos que asumirlo. Y quien quisiera venir a ayudar: un patrocinador, gente del gobierno o cualquier otra entidad, bienvenido sea. Pero sabíamos que esto iba a ser duro”
En medio del sin sabor que representa cumplir con la tarea y no poderla presentar, Abigaíl valora todo el trabajo de la temporada, los pasos firmes que sigue dando como una deportista de alto rendimiento que sueña con seguir enalteciendo el nombre de Costa Rica en los mejores velódromos del mundo.